hEMOS recibido la triste noticia de la muerte de la señora Suzuko Ainhoa Tamura, lingüista japonesa y miembro de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca. Su fallecimiento ocurrió el día 3 de agosto, a la edad de 81 años. Tuvimos la oportunidad de conocer a la señora Tamura en 1980, con motivo de la celebración de los Encuentros Internacionales de Vascólogos, justo cuando, con el resto de los participantes, posaba para una foto junto al Árbol de Gernika. Allí se encontraban investigadores de muchos países, españoles, franceses, ingleses, alemanes, neerlandeses, polacos, georgianos, rusos... pero entre todos destacaba la figura menuda de la señora Suzuko, tanto por sus rasgos faciales como por el hermoso kimono blanco que llevaba. Su presencia daba al acto un toque exótico, a la vez que de asombro, ya que no es nada habitual encontrar a una persona oriental hablando vasco. Y no era ella la única representante nipón, ya que también participaba el profesor Tadao Shimomiya, autor de una gramática vasca en japonés.

Los hablantes de nuestras lenguas vecinas están acostumbrados a tratar con especialistas extranjeros que han estudiado y aprendido español o francés, para poder así ahondar más en la literatura, historia, arte y cultura de esas naciones. No suele ocurrir lo mismo con lenguas como la vasca, más parcas en cuanto a hablantes. Y precisamente ello nos obliga a los vascos a mostrar una estima y agradecimiento especiales a esos lingüistas extranjeros que, sin dejarse cegar por el brillo de los tesoros mencionados, han decidido dedicar parte de sus esfuerzos también a la lengua vasca

La señora Suzuko Tamura había nacido el 2 de enero de 1934 en la prefectura de Aichi. Se licenció en Lingüística en la Universidad de Tokio. Siempre mostró un interés especial por los idiomas de tipología aglutinante, y en especial por la lengua ainí, hablada en las islas del norte de Japón, principalmente en Hokkaido. Por influencia del vascólogo francés Jacques Allières, pasó a interesarse también por el vasco, y no solamente aprendió a hablar la lengua sino que publicó diversos artículos sobre su sintaxis. Tuvo contactos con J. Haritschelhar y realizó varios cursillos en Donapaleu, Lazkao y Azpeitia para mejorar sus conocimientos del idioma, y también viajó por Bizkaia. En Navarra mantuvo un estrecho trato con el académico J. M. Satrústegi, por cuya mediación decidió convertirse al cristianismo y tomar el nombre de Ainhoa en su bautizo. Siguiendo con sus investigaciones sobre las lenguas aglutinantes, pasó a interesarse sobre el idioma de los inuits (esquimales) del Canadá, mostrando sus rasgos característicos. Fue profesora emérito de la Universidad Waseda, enseñando durante largo tiempo euskara y ainú. Precisamente, ha sido uno de sus discípulos, Sho Hagio, quien nos ha comunicado la noticia de su muerte. Ha traducido al japonés y publicado recientemente, en colaboración con Hiromi Yoshida, la obra de Etxepare Linguae Vasconum Primitiae, el primer libro vasco impreso conocido (1545).

Además de su idioma nativo, Suzuko Tamura sabía inglés, alemán, francés, manchú, vasco, español, ainú e inuktitut. Por todos los méritos citados, Euskaltzaindia la nombró en 1996 académica correspondiente y el 27 de octubre del año 2000, académica de honor. Esperemos que estos no sean los únicos homenajes que reciba de los vascos.