iruñea. El pasado miércoles a las 17.00 horas fallecía Javier Alonso, un abertzale y euskaltzale navarro de 97 años. Fue hermano de Santiago Alonso, quien fuera miembro histórico del Napar Buru Batzar del PNV. Fue Javier como su sombra, quien siempre dispuesto le llevó en coche a aquellos lugares que han hecho historia como fue el IV Congreso del Movimiento Europeo celebrado en Múnich en 1962. Nafarroa y por extensión Euskal Herria pierde a uno de los colaboradores de la apertura de San Fermin Ikastola de Iruñea, a uno de los primeros vendedores de libros en euskera sobre Nafarroa en la primera edición de la Euskal Liburu eta Disko Azoka de Durango en 1965, a un exdirector de la Coral de Cámara Pamplona, socio de la sociedad Iparla...

Javier Alonso Ezkai nació en Donostia, aunque su familia de siempre ha sido de la calle pamplonesa de Jarauta. "Siendo de Jarauta, tuve el lujo de nacer en Donostia", solía bromear. Estudió en los escolapios de la capital navarra y más adelante concluyó la carrera de Comercio.

Desde antes de la Guerra Civil ya era miembro de EGI en el batzoki de Iruñea y formó parte del grupo de dantzaris local. Aunque su hermano Santiago fue un histórico jeltzale, Javier no estuvo afiliado al PNV. "Nuestro padre y el tío Santi eran uña y carne", comunica a DEIA su hijo Jon quien recuerda que el burukide del NBB -soltero- vivía también en su casa con ellos y una abuela.

Javier abrió un tienda de ropa junto a José Antonio Cabases, padre de uno de los actuales concejales del Ayuntamiento de Iruñea. El nombre del comercio fue Almacenes Aldapa, ubicados en la Calle Mayor de la ciudad. Aunque siguieron siendo amigos del alma, como enfatiza la familia, Cabasés mantuvo la tienda como propia y Javier abrió Establecimientos Alonso, también de moda, en la calle Carlos III. Ahí estaba la central, que tendría dos sucursales más pequeñas en San Juan y en el casco viejo.

A mediados de los años 40, Javier contrajo matrimonio con Pilar Fourcade Aranguren, vecina del casco viejo pamplonés, que falleció ahora hace quince años. El matrimonio aportó cuatro hijos a su querida Euskadi: Xabi, Maite, Mapi, Silvia y Jon. Habla este último: "Fue un padre de los de entonces, de carácter, pero muy afectuoso con sus hijos y familia. Sus ejes eran el trabajo, su familia y la conspiración, su apoyo en la clandestinidad".

El yerno de Javier Alonso, Iñaki Aldekoa, recuerda a su suegro -a quien llama Xabier- como "una de las muchas, miles, personas aber-tzales y euskaltzales que trabajaron en la clandestinidad y desde la discreción de forma incansable, en su caso siempre sin figurar, durante el franquismo y la transición".

Javier era hermano del miembro de Napar Buru Batzar del PNV Santiago Alonso a quien el primero acompañó en el viaje del jeltzale al IV Congreso del Movimiento Europeo celebrado en la capital bávara entre el 5 y 8 de junio de 1962. El diario falangista Arriba denominó este encuentro antifranquista como Contubernio de Múnich. "El tío Santi no tenía carné de conducir y le llevaba a todos los lados mi padre. Muchas veces se la jugaban, por ejemplo, pasando la frontera. Cuando fueron a Múnich, mi padre contaba que fue algún afiliado de ELA y no le dejaban tomar parte en el congreso y que Nardiz, de ANV, intentó que le dejaran pero no se logró". Eran días de huelgas mineras en Asturias y aconteció tras un primer intento fallido español de ingresar entonces en la Comunidad Económica Europea.

Santiago Alonso, además, impulsó junto con Juan Ajuriaguerra la celebración en 1967 del Aberri Eguna en Iruñea, durante la dictadura. El acto se celebró en la plaza del Castillo con lanzamiento de cohetes que desplegaron una ikurriña en el aire. La fiesta de la patria vasca finalizó con una carga de la policía que detuvo a 80 personas, 20 de ellas procesadas. La organización estimó en 30.000 las personas asistentes. Fuentes oficiales citaron 600. Algunas de las imágenes grabadas aquel día son parte de la película realizada en Caracas bajo el título de Los hijos de Gernika. "Yo era muy crío, pero recuerdo cómo vivíamos en una casa de tres pisos frente a la estación de autobuses, la noche anterior al Aberri Eguna hubo al menos 20 personas en cada piso. Fue para nosotros algo muy excepcional", agrega Jon Alonso.

Él era uno de los cuatro Javieres que solían estar mucho juntos: Javier Kuntxillos, Javier Yaben, Javier de Miguel. Uno de ellos, Yaben, compartió palabras de admiración y cariño a Alonso y su familia durante la inhumación oficiada el 31 de enero. Personas como el fallecido "no han marcado solo un hito en la historia reciente, sino que nos dieron todo lo que son como legado para el futuro", agradece.

El extesorero y exsecretario de Gerediaga Elkartea, agrupación organizadora de la Euskal Liburu eta Disko Azoka, José Luis Lizundia, quiso reconocer ayer la labor de los Alonso, Estornés Lasa, Kuntxillos... los primeros años de feria, a partir de 1965. "Su labor fue muy importante. Antes, juntos o separados por ideologías estaban más presenten en Durango que ahora. Hemos empeorado en ello. La Diputación de Navarra tanto en tiempos franquistas como más adelante siempre estuvo en la feria. ¡Hemos ido a peor!", concluye Lizundia, académico emérito de Euskaltzaindia.