Bilbao. Tendido en el suelo con las manos esposadas a la espalda, los pies atados, la boca amordazada y completamente ensangrentado. Así es como una vecina de Algorta encontró ayer al propietario de la joyería Calvist.

Tres hombres, de Europa del Este, y armados con pistolas táser -pistolas eléctricas de inmovilización- atracaron ayer esta joyería con más de 25 años de historia en el barrio getxotarra. Los asaltantes inmovilizaron y golpearon al dependiente para hacerse con el contenido de la caja fuerte y con numerosas joyas. El hombre fue trasladado al hospital de Cruces con lesiones de diversa consideración. Según los testigos, tenía la cara "llena de sangre", especialmente, la zona de la boca donde recibió varios puntos de sutura.

La víctima, de unos 55 años, se encontraba sola en la joyería en el momento de los hechos. "Es un hombre fuerte y le han tenido que sorprender y atacarle entre todos para tirarle al suelo. Escuchamos los golpes que le estaban dando al joyero, pero pensamos que estaban haciendo obras; los confundimos con el ruido de un reforma", afirmó una vecina. "Por lo menos han tenido la decencia de dejar la puerta de seguridad abierta para poder entrar a auxiliarle porque no podía abrir ni pedir ayuda", aseguró la testigo. De hecho, ni siquiera la policía pudo liberar al hombre de las esposas, por lo que solicitaron la intervención de los bomberos para cortarlas.

Robo planeado Todo estaba planeado al detalle. Según los testigos, fue el propio joyero quien abrió la puerta a dos de los hombres. El local dispone de una puerta de seguridad. El cliente debe tocar un timbre y esperar a que el dependiente abra la puerta accionando un botón. Las mismas fuentes aseguran que los tres sospechosos acudieron en varias ocasiones al establecimiento los días previos al atraco. De este modo, además de reconocer el terreno les sirvió para que el joyero les reconociera cuando llamaron a la puerta, por lo que les dejó pasar sin sospechar nada.

El atraco se produjo en torno al mediodía de ayer en la joyería Calvist, ubicada en el número 76 de la avenida Algorta entrando por la calle Mariandresena. Se trata de una zona muy transitada; sin embargo, ni los vecinos ni los comerciantes se percataron de lo que sucedía el interior del establecimiento. "Fueron muy listos, dos entraron a local mientras que el tercero se quedó fuera vigilando. Además, aparcaron una furgoneta en la zona de carga y descarga que hay justo frente a la joyería y no se veía lo que hacían dentro", ilustró una vecina.

En la joyería, los atracadores esposaron al dependiente y comenzaron a golpearle para que abriera la caja fuerte. "No sé lo que se llevaron exactamente, pero además de las joyas querían el dinero, porque fueron directos a por la caja fuerte", explicó una de las mujeres que encontraron al joyero.

Una vez que se hicieron con el botín, los ladrones se dieron a la fuga en el vehículo que les esperaba estacionado en el exterior. La Ertzaintza ha comenzado una investigación para identificar y localizar a los autores del robo que, por el momento, permanecen en paradero desconocido.