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"Casi mata a cuatro personas, iba bebido y sin seguro y está en la calle"

Pasaban las 22.15 horas de la víspera de San Juan en Plentzia. Juan Pablo, Tania, Lina Marcela y Óscar, junto con sus hijos y otros seis amigos, decidieron volver a Mungia, donde residen. "Tenía que acostar a lo niños y esperábamos a un amigo para regresar", cuenta Óscar

"Casi mata a cuatro personas, iba bebido y sin seguro y está en la calle"David de Haro

Cruces. El grupo charlaba sentado en el muro que delimita los márgenes de la ría frente a la estación del metro de Plentzia. "Estábamos comiendo pipas y charlando cuando escuchamos un frenazo. Me giré y vi cómo un coche se abalanzaba sobre nosotros", rememora Juan Pablo. A partir de ahí todo sucedió como a cámara lenta. El vehículo fuera de control arrolló al grupo, aplastando las piernas de Oscar y de Juan Pablo contra el muro y lanzando a Tania y a Lina por encima de este haciéndolas caer desde una altura de ocho metros hasta la arena de la ría. El conductor, que circulaba sin seguro, dio positivo en la prueba de alcoholemia. "Doy gracias a Dios por que no les pasó nada a mis hijos", agradece Óscar. Los jóvenes se recuperan en el hospital de Cruces, donde han operado a Óscar y a Juan Pablo de sus lesiones en las piernas. Tania tiene una vértebra fracturada y Lina se encuentra en casa recuperándose de las múltiples contusiones que sufre.

¿Qué tal están?

Juan Pablo: Doloridos, pero hoy mejor. Me operaron ayer y al despertar de la anestesia tenía mucho dolor, pero hoy estoy mejor.

Los tres están ingresados en el hospital de Cruces, y usted, Juan Pablo, comparte habitación con Óscar.

J. P.: Acaban de bajarle al quirófano, tienen que operarle para reconstruirle las piernas, porque tiene la tibia, el peroné, el tobillo y las dos rodillas fracturadas.

Todos tienen lesiones importantes.

Tania: Sí, yo tengo una vértebra rota y no puedo ni toser sin que me duela todo. Afortunadamente, Lina y yo no caímos a las rocas, porque nos podíamos haber matado.

J. P.: Yo tengo la tibia y el peroné rotos y, como a Óscar, me colocaron clavos y tornillos para recolocarlos. Los médicos dicen que la operación salió bien y queda ver cómo va la recuperación y si se regenera correctamente. De lo contrario tendrán que hacerme algún injerto.

Será una larga recuperación.

Ambos: Sí.

T.: Yo tengo que estar al menos 12 semanas con el collarín y esperar a ver cómo evoluciona la lesión. Después, vendrá la rehabilitación.

J. P.: Todos tendremos que hacer rehabilitación.

Luego están las secuelas.

J. P.: Sí, yo juego en el equipo de rugby de Mungia, el Uribealdea, y no sé si podré seguir jugando.

Y las secuelas psíquicas.

J. P.: También. Cada vez que cierro los ojos vuelvo al instante en que el coche nos arrolló, vuelvo a sentirlo como si estuviera pasando.

De momento toca descansar.

T.: Eso es. Nosotros (Juan Pablo y Lina) somos estudiantes, así que tenemos todo el verano libre, pero Óscar trabaja en el batzoki de la calle Henao.

¿Se ha puesto en contacto con ustedes el conductor?

J. P.: ¡Qué va! y no creo que lo haga, teniendo en cuenta que después del accidente, mientras Óscar y yo estábamos atrapados por el coche y mi hermana (Lina) y Tania gritaban desde la arena, él decía que no pasaba nada, que todo estaba bien y que no era para tanto.

Imagino que serían momentos muy duros, de mucho miedo.

T.: Todos pasamos mucho miedo. Afortunadamente, nosotras caímos a la arena en lugar de a las rocas y, dentro de lo que cabe, no nos ha pasado nada porque podíamos habernos quedado paralíticas o habernos matado.

J. P.: Sentimos miedo e impotencia. Miraba hacia abajo y las veía a ellas llorando y pidiendo auxilio y no podíamos hacer nada, y al mismo tiempo teníamos miedo por nosotros mismos, sentíamos mucho dolor y no sabíamos cómo teníamos las piernas. Por un momento llegué a pensar que el coche me había amputado la pierna.

Estuvieron un buen rato atrapados por el vehículo.

J. P.: Al menos a mí me lo pareció. El conductor iba tan mal que no acertaba a retirar el coche.

El conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia.

J. P.: Sí, cada vez que nos hablaba se notaba el olor a alcohol. Por lo que nos han dicho, duplicaba la tasa permitida.

¿Van a denunciarle?

Ambos: Sí, ya nos hemos puesto en contacto con nuestro abogado para llevar a cabo los trámites.

¿Qué es lo que esperan?

J. P.: Que vaya a la cárcel. A otras personas les encierran por menos y él casi mata a cuatro personas, iba bebido y sin seguro, y ya está en la calle. No es justo.

T: Queremos que pague por lo que ha hecho y que sirva de ejemplo porque es un irresponsable.