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Otras comunidades gestionadas por Azcorra amplían la denuncia por estafa

Las primeras estimaciones de los afectados apuntan ya a un desfalco en torno a los 500.000 euros

Otras comunidades gestionadas por Azcorra amplían la denuncia por estafaPablo Viñas

BILBAO. Varias comunidades de las 42 fincas que administra Iñaki Azcorra, desaparecido desde el pasado viernes, se sumaron ayer a la primera comunidad de vecinos que denunció al administrador de Algorta por presunta estafa. Algunas de ellas acudieron ayer mismo a la Ertzaintza para poner en conocimiento de la policía la situación irregular de sus contabilidades. Junto a ello, la mayoría de ellas procedió al bloqueo de sus cuentas a la espera de hacer la contabilidad y ver cuánto dinero puede haber sido sustraído.

La realidad es que todavía resulta imposible saber la cuantía del montante presuntamente estafado, pero, a medida que se va extendiendo la noticia de la desaparición entre las urbanizaciones que están a cargo de Azcorra, la cantidad adquiere mayor dimensión. Por el momento, la oficina en Algorta está precintada por la policía, a la espera de que la investigación siga su curso.

Pese a ello, y según las primeras estimaciones a las que ha tenido acceso DEIA, se baraja una cifra que supera claramente los 500.000 euros. Pero, la cifra sigue aumentando a cada hora en la misma medida que las comunidades culminan el control de sus cuentas. Al parecer, muchas de ellas no han denunciado todavía el desfalco, ya que están cotejando mes a mes las facturas emitidas. Y es que, según van revisando las hojas de gastos, los números se hacen mayores. Este es el caso de la primera comunidad que denunció la presunta estafa y que había cifrado en 50.000 los euros sustraídos. "Resulta que había abierto en Caja Navarra otra cuenta en la que había ido destinando las cuotas que íbamos pagando y en la que tenía ya la suma de 78.000 euros de los que, en estos momentos, solo quedan 40 euros", explicó la presidenta de la comunidad de vecinos de Algorta estafada.

En el Abanico del Plentzia, la cifra se acercaría a los 200.000; en Barrika ya se han contabilizado 120.000, a falta de hacer más números, y sin contar lo desviado en otras comunidades que gestiona en Getxo, Berango y Sopelana.

El montante que podría manejar Iñaki Azcorra como consecuencia de las 42 comunidades que gestionaba se sitúa en torno al millón de euros al mes, según comentaron ayer a DEIA algunos de los presidentes afectados por la presunta estafa.

Sorpresa "Es trabajador, cumplidor, correcto, se integró con facilidad en la comunidad y siempre estaba disponible para arrimar el hombro si había un problema". Así lo define el presidente de una de las comunidades afectadas, que no entiende qué es lo que le ha podido pasar.

"Desde luego, si nos ha estafado y se ha ido con nuestro dinero, nos ha tenido engañados a todos porque nunca hubiéramos pensado que tuviera esa personalidad", señala otro de los vecinos de esta misma comunidad de Barrika. Se da la circunstancia de que precisamente el viernes tenía una cita con ellos a las 13.30 horas. Probablemente, era la última de la semana. En los últimos meses habían realizado la reforma de la piscina y era el momento de liquidar los 120.000 euros pendientes con el gremio que había realizado los trabajos. Pero, Azcorra no apareció. Tampoco fue, más tarde, a buscar a su hijo de ocho años a un cumpleaños. Eran sus últimas citas y las primeras a las que acudió su mujer intentando buscar una pista sobre el paradero de su marido. "Al notar su ausencia nos llamó para saber si había tenido la reunión con nosotros, porque le constaba que era la última cita que tenía prevista el viernes en la agenda. La mujer está muy preocupada", señaló ayer a DEIA el presidente de esta urbanización de Barrika.

Iñaki Azcorra apenas llevaba un año al cargo de las cuentas de esta comunidad, al igual que al frente del resto de las 42 comunidades que administraba. De hecho, antes había tenido una empresa de reformas y había reorientado su futuro profesional en esta dirección hacía año y medio aproximadamente. Gracias a sus contactos y a los de su familia, no le había costado hacerse con una importante cartera de clientes. En unas comunidades tenía potestad para sacar dinero y emitir cheques, y en otros casos únicamente estaba autorizado para emitir facturas. De esta forma, habría conseguido en estos poco más de 12 meses desviar presuntamente dinero de estas comunidades a otras cuentas. Sin embargo, su carácter y personalidad hace que todo el que le conoce, incluso, aún siendo afectados, dude de que se trate de una estafa. "Más parece que haya actuado movido por una coacción de una tercera parte", señaló, precisamente, otro de los afectados. Todos coinciden en que profesaba auténtica pasión por sus hijos. "Incluso era presidente del club de fútbol de Barrika, donde juega su hijo pequeño y estaba muy implicado", apuntan.