Bilbao. La familia jeltzale despidió ayer a Jabier de Eizaguirre, exdiputado de Cultura, director y fundador del colegio Azkorri así como concejal del Ayuntamiento de Bilbao e impulsor y presidente del ba-tzoki de Abando. La misa funeral por su persona se ofició en la iglesia de San Vicente Mártir.

Nacido en Santurtzi, Jabier de Eizaguirre Gutiérrez se afilió al PNV en 1976 y participó en la primera Asamblea Nacional. Junto a José Mari Mujika, fueron los encargados de las obras y la inauguración en 1979 del batzoki de Abando, tiempo después de que hicieran reuniones en una casa de Alameda Mazarredo. De Eizaguirre fue presidente de la entidad en 1978.

Este vizcaino llegó a diputado de Cultura y también fue juntero. Por si fuera poco, fundó la cooperativa educativa Azkorri y fue concejal por el PNV en el Ayuntamiento de Bilbao en la etapa de José María Gorordo. Además, también fue miembro de la Junta Directiva del Museo Vasco y de la Adoración Nocturna.

El exdelegado de Cultura del Gobierno vasco en Bizkaia y apoderado en las Juntas Generales Balendin Lasuen recuerda a De Eizaguirre con cariño. "Ver su esquela en DEIA me ha dado una inmensa pena tras vivir una época en las Juntas Generales tan unidos", valora el exalcalde de Zaldibar.

El senador del PNV Iñaki Anasagasti destacó su nacionalismo y cómo seguía la actualidad, "de cerca", él, "un hombre clásico, muy servicial a la comunidad y con la beta cristiana con relaciones en la Adoración Nocturna y un defensor de los movimiento de bases y de justicia social".

educado y participativo La encargada de administración del batzoki de Abando, Arantza Arribas, le calificó a Eizaguirre de abertzale, "educado y participativo" y reconoció su labor como apoderado en las elecciones en Cervantes. "Era alegre y muy agradable, además de buen orador", mantiene Arribas.

La exdirectora del Museo Vasco de Bilbao Karmele Goñi conoció muy bien al finado, ya que su marido, José María Mujika, compartió con De Eizaguirre la construcción del batzoki de Abando. "Fue un tándem que no solo se encargó de los planos, sino de convencer a los vecinos, entre otras labores. Hicieron frente a muchas batallas", destacó quien no olvidará a Jabier como aquel gran nacionalista que vivió tiempos duros aunque con un talante "incansable, se ocupó de todo sin cansancio". A su juicio, además, fue de muy buen carácter, muy paciente, simpático y de trato muy agradable. "Aceptaba lo que le venía con serenidad, una cualidad muy importante".

Otro amigo cercano prefiere permanecer en el anonimato porque "de quien hay que hablar es de él, el resto no somos importantes en este homenaje". A su parecer, De Eizaguirre era un nacionalista que "barruntaba las necesidades y de unas cualidades humanas extraordinarias".

Este compañero de andanzas ensalza la labor que el de Santurtzi realizó con una periodista saharaui que atendió y apoyó económicamente. "Había un paralelismo entre los dos pueblos: el saharaui dominado por el Reino de Marruecos y nosotros por el de Castilla", compara con sorna quien formaba parte del grupo que se reunía cada lunes en la iglesia de San Vicente para tratar diferentes temas. El exdirector de DEIA, Juanjo Baños, les permitió publicar textos en castellano y en euskera, por lo que le estaban muy agradecidos. "Jabier era un hombre muy sentido por el comportamiento de otras personas en relación a la moral y el patriotismo. Él poseía unas virtudes humanas tan sinceras. Hizo una labor extraordinaria en el plano de la educación y la cultura", valora esta persona quien no quiere concluir su reconocimiento sin calificarle como "gran padre, esposo y con la familia con su mayor tesoro".

Los adjetivos de admiración siguen sucediéndose relacionados con su persona y entrega: Lasuen le dibuja -es dibujante de esmero el de Zaldibar- como "muy inteligente y culto, puntual y detallista. Además, hacía mucho trabajo del que no se ve", enfatiza quien fuera familiar de otro juntero, Fernando Urzelai de Berriz.

Jabier de Eizaguirre falleció el pasado miércoles a la edad de 85 años. Ayer, aunque fue despedida, volvió a estar junto a quienes tanto disfrutaron con su saber estar.