Sopelana le hace la ola a Unai
sopelana. Dice una buena canción del grupo Smile, de Getxo, que es momento de echar pa'lante. Lo va a ser para la familia de Unai Mallea, los amigos, sus compañeros... incluso, para las olas del mar Cantábrico y para la tabla de surf de este joven que falleció el 9 de abril a los jovencísimos 36 años. "But you are gone, and it's time to carry on". "Pero te has ido y es momento de salir adelante", canta Ferdy, en Carry on de Smile. Días atrás lo hacía en Facebook en un vídeo dedicado expresamente a Unai Mallea, con quien el cantante compartió clases y carrera de Ingeniería; así como olas de surf.
Unai Mallea Rincón nació el 6 de noviembre de 1975 en Bilbao. Estudió en Iparragirre ikastola, en Jesuitas y acabó la carrera de ingeniero industrial. Desde hace siete años trabajaba en Mutualia como técnico de prevención de riesgos laborales. Estaba casado con Olaia Aróstegui y tenía dos hijos, Udane y Odei. "Su familia y la playa eran sus grandes pasiones", como explica el padre de Unai, Ángel Mallea. El ingeniero vizcaino impartía cursos y dirigía un equipo de trabajo en la mutua de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
Unai comenzó a coger olas como corchero y pronto se puso de pie sobre su primera tabla de surf. El pasado sábado le tributaron un homenaje en la playa de Sopelana, en Peñatxuri. David Bustamante hizo tai chi y pusieron un collar de flores a la madre de Unai, Pili. A continuación, los amigos entregaron flores a la mar. En El Peñón prepararon una barbacoa en su recuerdo y proyectaron diapositivas con la música que le gustaba al joven surfer. Se plantó un árbol para no olvidarle.
Días antes, navegando por internet el grupo Smile le dedicaba Carry on. "Tras haber pasado horas y horas estudiando juntos en la universidad, cada uno siguió su vida, pero era una alegría encontrarnos surfeando en Sopelana de cuando en cuando y contarnos cómo nos iba la vida año tras año...", resume Ferdy, cantante de Smile, y concluye: "Algo faltará ahora cada vez que estemos en el agua". A su juicio, Unai era un joven "muy sensato, leal, siempre estaba ahí. Nos reencontrábamos haciendo surf tras ocho años de carrera".
Como hijo, explica Ángel, Unai era "maravilloso, no tengo palabras", atina a acabar la frase al tiempo que se emociona. El empleado de Mutualia era un deportista nato: de joven jugó a fútbol y hacía trial junto a su padre o su primo. Más adelante su pasión fue el surf. "Era un chaval con muchísimos amigos porque hacía gala de un carácter súmamente abierto. Era muy buena persona", ensalza con cariño su aita.
Internet ha recogido testimonios como: "Un trocito de nosotros se fue contigo aquella tarde, Unaitxu. Nuestras Udanes nos unieron, dos años y medio solo llevábamos, pero dos años y medio llenos de buenos recuerdos. La pena es que nos ha sabido a tan poco... Raúl e Itzi siempre te recordarán". Otro dice: "Nuestras vidas han ido paralelas desde pequeños hasta la última cerveza. Intentaremos transmitir lo que tú nos has transmitido. Nos vemos. Un abrazo para Olaia, Ángel, Pili y enanos". Al grito de Bizi bizirik Peña Txuri, le escriben además: "Hoy te homenajenamos como creemos que te gustaría, recordando los momentos compartidos y todas esas vivencias con las que hemos disfrutado, un baño que va por ti". El Cantábrico sigue aportando marejadas y en una de estas cuando los Mallea, Rincón y Aróstegui echan la vista al horizonte, pueden sentir cómo Sopelana le hace la ola a su colega Unai.
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