Bilbao. El mundo de la elegancia bilbaina ha perdido a Rafael Matías Vime, de la firma de confección que lleva su nombre y el de su padre, así como de la desaparecida Gacela, en 2006. El hijo de aquel emprendedor que abrió su primer comercio hace 55 años, falleció el miércoles tras una vida defensora del comercio y el asociacionismo. La misa funeral por su persona se oficia hoy a las 13.45 horas en la parroquia San José de la Montaña de los Padres Agustinos. Rafael Matías Tejidos es la empresa líder de su sector, tal es así que está considerada como el establecimiento de confección para mujer más importante de Europa y por lo que tanto el Gobierno de Ibarretxe como asociaciones han ensalzado la calidad con diversos galardones.
La marca ofrece venta a confeccionistas industriales, a tiendas de tejidos, boutiques y talleres, vende por catálogo -publican 1.600 por temporada- a profesionales de la costura medida y también, claro, en su establecimiento del Casco Viejo. En estos días han engalanado su edificio con la tela del Athletic que venden: dos banderas de 10 metros. Como curiosidad, por el partido entre el club de Ibaigane y el Manchester United de ayer, han vendido 5.000 metros de esta tela, cinco kilómetros de color rojo y blanco y siempre con la raya roja la primera.
Matías nació en Erandio el 6 de mayo de 1939. Estudió en los Escolapios y en la Escuela de Comercio. Su padre, de igual nombre, abrió primero en Erandio y luego en la calle Correo de Bilbao una tienda de tejidos de confección para hombre. Tenían sastrería y vendían gabardinas en aquellos tiempos en los que estaban de moda.
Rafael se sumó al comercio paterno. Tenían cuatro empleados. Por la firma han pasado alrededor de 50 trabajadores. "Rafa no ha despedido a ninguno. Si una sección desaparecía reubicaba a esa persona. Nunca ha dejado a nadie en la calle. Era muy válido y muy trabajador, lo hacía de sol a sol", valora su mujer, Consuelo Gurrea. En tiempos en los que grandes firmas fueron desapareciendo en Bilbao, la casa Matías continuaba creciendo. Había personas que valoraban que Rafael era "un caballero, que podría ser mucho más rico, queriendo decir que era muy buena persona". Por ello, su mujer asegura que para ella ha sido "un honor vivir al lado de un hombre así".
Rafael fue presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. Él compró la oficina de la agrupación. La familia es de la opinión de que "nadie podría reprocharle nada con fundamento". Su talante era "magnífico". Matías hijo tenía un carácter que "sabía dominar. Irradiaba paz".
El de Erandio y su mujer contrajeron matrimonio en Zaragoza. Han dado al mundo cuatro hijos. La familia es aficionada al Athletic y durante años la pareja fue socia de la ABAO y del Club Cocherito. "Eso se lo inculqué yo", subraya Consuelo, aficionada al mundo taurino.
Si de joven Rafael practicó tenis, en la actualidad sus aficiones eran el ordenador, internet, refugiarse en la lectura... Contaba que se le pasaban los días muy rápido gracias a sus hobbies. Otra de sus pasiones fueron los viajes: por motivos de trabajo se trasladaba a París y Milán, pero también viajaron a Berlín, Argentina, Nueva York, países nórdicos...
Cuando cumplieron 25 años de casados celebraron un crucero por las islas Antillas. Sin embargo, el remanso de paz de la familia más cercano está en Laredo, en una zona de eucaliptos. Aunque descansara le seguían llegando reconocimientos. Así, el lehendakari Juan José Ibarretxe le entregó hace cuatro años uno de los premios al Comercio Vasco. El suyo fue a la trayectoria personal y relevo generacional. Parte de ese relevo es Arantza, una de las hijas del matrimonio. "Mi padre era muy entrañable, muy trabajador. Fue para nosotros, sin dudar, un ejemplo. Tanto para los hijos como para sus empleados, quienes le profesaban respeto, pero le querían mucho". Consuelo se emociona al recordarle: "Me ha dejado una carta escrita que para mí, como mujer, es un honor haberme cruzado en su vida".