Bilbao. Ayer se cumplieron cien años del nacimiento de un ilustre vasco. Don Andrés Eliseo Mañaricúa y Ereguna nació el 10 de noviembre de 1911 y es uno de los pocos vizcainos que cuentan con el galardón -fue el primero que lo recibió-Bizkaiko Seme Bikaina, "máxima distinción honorífica de Bizkaia", según declaró la Diputación Foral el 15 de junio de 1998. Una misa organizada por la Diócesis de Bizkaia y la Universidad de Deusto recordó ayer en la basílica de Begoña la figura de este sacerdote, profesor, investigador y bibliotecario. Esta eucaristía abre el progama de actos conmemorativo.

Sus aportaciones a la historia religiosa de Euskal Herria y a la cultura y estudios vascos se consideran "claves". Obispado y Universidad de Deusto se han propuesto "poner en valor la figura" de Mañaricúa y "recuperar y publicar trabajos" que dejó inéditos. "Serán publicaciones en las que defiende sus tesis sobre el cristianismo", avanzó ayer a DEIA Ander Manterola, del Instituo Labayru, centro que llevará a cabo, junto al Instituto de Estudios Vascos de la Universidad de Deusto, los actos en su recuerdo.

Considerado un "sacerdote incansable" y "el hacha vizcaina, por ser muy riguroso en sus trabajos", Don Andrés -quien recibió el premio Manuel Lekuona el 22 de febrero de 1986- cursó los estudios eclesiásticos en los seminarios de Logroño y Gasteiz. Fue ordenado sacerdote en 1936 -semanas antes de estallar la Guerra Civil- y se desplazó a Roma, en cuya Universidad Gregoriana obtuvo el doctorado en Derecho Canónico, con la máxima calificación, y obteniendo por ello, además, la Medalla de Oro del Sumo Pontífice Pío XII. La propia Universidad Gregoriana publicó esta tesis doctoral.

DOCENCIA UNIVERSITARIA Mañaricúa fue profesor del Seminario Menor de Bergara en los años 1940-44. A partir de 1945 se dedicó a la docencia universitaria. Fue, asimismo, profesor numerario de Historia del Derecho, Derecho Romano y de Historia de Bizkaia en la Universidad de Deusto, de cuya Facultad de Derecho fue decano de 1968 a 1972.

También cumplió labores de director de la Biblioteca del Seminario Diocesano de Bilbao entre 1956 y 1970 y director de las revistas Estudios de Deusto y Estudios Vizcainos.

En 1974 creó y dirigió la Biblioteca Vasca del Instituto de Estudios vizcainos y fue presidente de la Junta de las Semanas de Antropología Vasca 1970-1972.

A trayectoria tan prolífica cabe sumar que fue miembro de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, miembro de honor de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, fundador y miembro de honor del Instituto Labayru, así como presidente efectivo del Museo de Artes e Historia de Durango; director de la Biblioteca de Historia del Pueblo Vasco y se encargó de la Colección de Publicaciones de carácter histórico de la Caja de Ahorros Vizcaina.

Su gran amigo Ander Manterola destacó ayer dos trabajos de Mañaricúa a recalcar. Por un lado, los estudios sobre el cristianismo que realizó "rompiendo tabúes". Y por otro lado su labor más significativa sobre la historiografía de Bizkaia "desde los textos de Salazar hasta Estanislao Labayru. Fue un crítico de parte de la historia escrita sobre Bizkaia. Rompió con mitologías y hace un repaso pormenorizado de todo lo escrito desde el principio, el medievo... todo, incluso de aquello escrito al servicio del poder", resumió Manterola quien le retrata como un "hombre riguroso intelectualmente, de faceta muy amable y socarrón en el momento en el que alguna persona saltaba con algún comentario dogmático".

Desde el Obispado han ensalzado la figura de este ilustre bilbaino. Han resumido la trayectoria de Mañaricúa haciendo especial hicanpié en los siguientes hitos: Don Andrés fue encargado de la parroquia de Elosu y coadjutor en Villarreal de Álava (1939-1940), profesor de Humanidades en el Seminario Menor de Bergara y en la preceptoría de Laguardia (1940-1944), bibliotecario del Seminario Diocesano de Derio (1956-1970), miembro del Consejo Asesor del Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, cofundador y miembro de honor del Instituto Labayru y también Juez Prosinodal y miembro del Tribunal Eclesiástico. Ayer, le recordaron en la basílica de Begoña.