TE escribo desde la vaciedad de un septiembre aún sin chavales en nuestras clases sin ti. El día 1 vi las caras más tristes, los ojos más vidriosos y la pena más contenida que nunca he visto al comenzar septiembre. Tu retrato, tu cartera y tu silbato presidieron nuestro primer claustro y alguien leyó un poema en euskera dedicado a ti.

Creo que han pasado ya once años desde que nos conocimos. Y desde el principio me di cuenta de lo que valías como profesor... y como compañero. Te apuntabas a todas, te hemos visto de jurado de bailes en carnavales; en los partidos de baloncesto de la fiesta de Fundadores contra los alumnos finalistas; organizando la carrera cicloturista cada mayo; en los viajes de estudios al Pirineo, en las largas noches de discoteca de Salou esperando pacientemente que nuestros chicos se cansaran de bailar; en las excursiones de septiembre a la playa aguantando a veces el mal tiempo y la lluvia; en las fiestas de Navidad bailando en clase; pasando por las clases de los más pequeños vestido de Olentzero...

Siempre te recordaremos rodeado de chavales, de esos mismos chavales de distintas generaciones y cursos que abarrotaron los alrededores del tanatorio aquel horrible día de verano. Allí estaban, sobrecogidos, incrédulos, destrozados por la aciaga noticia. Allí estaban porque siempre los habías tratado con cariño y respeto, siempre los habías animado a superarse como personas. Nunca hablabas mal de ninguno en las evaluaciones y ellos parecían notarlo.

Ya no te veremos llegar al cole los días de lluvia e invierno y decir tu famosa frase: "¡Menuda ruina de día me espera hoy, Fernan! ¡A ver si me toca la lotería y monto un polideportivo cubierto!". Ya no compartiremos más viajes de estudios como el de 2011. Ya no subirás las escaleras en junio diciendo :"Urruti, déjalo todo, que te invito a un cafecito...". Ya no te veremos más y, sin embargo, te presentiremos corriendo en el patio bajo la lluvia y el frío, notaremos tu presencia callada en los pasillos, nunca olvidaremos tu sonrisa ni tu ejemplo y trataremos de verte a ti en el rostro de cada alumno o alumna que tengamos.