algorta. Lucía Lombera nació en la muga de Cantabria, pero siempre se sintió algorteña de pro. La guía de las conocidas Carnicerías Isla falleció el pasado 21 de enero a los 93 años rodeada de sus seres queridos. Hija de Sabina Angulo, de Guriezo, y de Salvador Lombera, de Turtzios, nació el 30 de noviembre de 1917 en el municipio materno. Al morir su madre siendo Lucía muy joven, su padre se volvió a casar, y cuando la entonces niña tenía 10 años, la familia se trasladó a residir en la localidad vizcaina de Turtzios.

En este municipio transcurrió su infancia en la que se dedicó a trabajar con su padre en el negocio familiar que consistía en carnicería y bar. En uno de los locales trabajaba de empleado un mozo llamado Florencio Isla. A la larga acabó siendo su marido.

Lucía sumaba 19 años cuando comenzó la Guerra Civil. Finalizada esta, contrajo matrimonio con Florencio, el empleado de su padre en la carnicería familiar, en Tur-tzios. El párroco que ofició su boda fue Ramón Garay. Este sacerdote fue muy conocido porque recibió bajo palio al lehendakari José Antonio Aguirre. Esa actuación le trajo problemas al religioso por parte de los franquistas. Garay redondeó su justificación a los nacionales: "He recibido al lehendakari Aguirre bajo palio porque es jefe de Estado", se atrevió a argumentar.

carnicería en el mercado A mediados de los años 40, el matrimonio se instaló en Algorta donde fueron formando a sus hijos y siguientes generaciones. Arrancaron su andadura en esta localidad regentando un bar y un puesto de carnicería en la plaza del mercado de Algorta que pusieron a nombre del abuelo de Florencio. Años después se hicieron cargo de la carnicería conocida por la de "enfrente del bar Gurugú", explica su hijo José Ignacio Isla, quien es presidente de la Federación Vizcaina de juegos deportes vascos desde 1985 y fue concejal en el Ayuntamiento de Getxo por el PNV.

Años más tarde, el matrimonio emprendió nuevas aperturas de carnicerías: una en Romo-Las Arenas y poco después otra en Santa María de Getxo, siendo Lucía personalmente la "guía" -califican- de estos establecimientos. "Trabajó hasta que su corazón se lo permitió, a los 75 años", valora la familia.

Su nieta, que lleva su mismo nombre, recuerda la pasión que su amama tenía por Algorta. "Estaba muy agradecida al pueblo, a sus gentes, de cómo les recibieron y cómo les ayudaron. Cosa que hizo ella el resto de su vida con todo aquel que se le acercaba, sin esperar nada a cambio. Cuando ya era muy mayor y apenas salía, siempre me preguntaba: ¿A quién has visto hoy de los de Algorta de toda la vida? Es decir, aunque nació en Guriezo se sentía plenamente y orgullosa de ser algorteña", analiza Lucía Isla.

primer récord de buey Esta cadena de carnicerías, Isla, fue la primera en cosechar un récord de peso de buey. Fue en 1965 con un ejemplar bautizado como Gorria, procedente de los pastos de Meñaka, y que llegó a pesar en Algorta 1.260 kilos. Lucía, además, trabajó en el bar La Guipuzcoana, hoy desaparecido, y ubicado al lado del batzoki, "cuando había tranvía", subraya José Ignacio. El sábado 21 de enero fallecía, una mujer "muy querida en el pueblo", que "nos transmitió el buen hacer, la ética, la cultura, y la pasión por el pueblo vasco, a pesar de haber nacido en la limítrofe Guriezo".

La familia ha mantenido la tradición carnicera con dos establecimientos abiertos en la actualidad y el único hijo de José Ignacio, además, se ha hecho cargo del batzoki. "Lucía siempre fue muy fuerte", concluyen José Ignacio y Lucía. Familiares y amigos le despidieron en la parroquia San Nicolás de Bari de Algorta. La familia agradece todas las condolencias y señales de cariño recibidas estos días.