Donostia. Casi el 80% de los párrocos guipuzcoanos, concretamente el 77,27%, han firmado un manifiesto en el que expresan su disconformidad con la decisión de nombrar obispo de Donostia a José Ignacio Munilla, actual obispo de Palencia. Se trata de un hecho sin precedentes, con el que han querido manifestar el "malestar" existente en el seno de la Iglesia de Gipuzkoa por la imposición de un nombramiento que consideran una "falta de respeto".

Hasta ahora, los párrocos contrarios al nombramiento han preferido guardar su anonimato, pero ahora alzan la voz con nombres y apellidos, para unir sus fuerzas ante el nombramiento de Munilla. De los 110 párrocos del territorio, 85 han transmitido su "dolor y profunda inquietud" con la "intencionalidad y el procedimiento" seguidos en el nuevo nombramiento. En total, han sido 131 las firmas que representan a la mayoría del clero guipuzcoano en activo. Tanto sacerdotes diocesanos como religiosos han expresado su conformidad con el manifiesto. Entre ellos se encuentran once de los catorce arciprestes de Gipuzkoa.

Desde su condición de sacerdotes y religiosos de la Iglesia de Gipuzkoa, "movidos por la responsabilidad que tenemos ante nuestra Iglesia local", estas personas han manifestado su "disconformidad y desaprobación" por el nombramiento y "lamentan y deploran" que esta decisión no haya respetado el sentir de la Iglesia Diocesana y sus organismos pastorales. De hecho, la designación de Munilla para presidir y dirigir la Iglesia de Gipuzkoa ha sido percibida por los firmantes como "una clara desautorización de la vida eclesial" de la Diócesis del territorio y como "una iniciativa destinada a variar su rumbo". Entre los que suscriben esta declaración destacan nombres conocidos como el párroco de las donostiarras San Vicente y Santa María, Felix Garitano; José Mª Calvo, de Eibar; José María Ormazabal, de Hernani; el arcipreste Edorta Kortadi, el arcipreste de Azpeitia Kepa Susperregi o el de Hernani, José Luis Aperribai.

Los 131 firmantes del documento aseguran que el nuevo obispo, José Ignacio Munilla, cuenta con una trayectoria pastoral marcada "por la desafección y falta de comunión con las líneas diocesanas", por lo que consideran que, de ninguna manera, es la persona adecuada para el cargo que se le ha encomendado.

Así, los que suscriben el manifiesto muestran su más firme propósito de continuar con la línea pastoral y estilo eclesial que "se han ido forjando en nuestra Diócesis en fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II con el aliento y dirección pastoral de nuestros obispos". Y añaden que "desde la fidelidad al evangelio de Jesucristo, nuestro amor a la Iglesia y servicio a nuestro pueblo, queremos reiterar ante nuestras comunidades cristianas nuestra voluntad y compromiso de seguir caminando en coherencia con las opciones pastorales que hemos mantenido a lo largo de todos estos años".

El movimiento contrario al nombramiento de Munilla está convencido de que no les va a faltar "el aliento del Espíritu ni la colaboración de tantos y tantos creyentes que en estos momentos de incertidumbre seguirán aportando lo mejor de su experiencia cristiana".

Cercano a Rouco Varela Munilla nació en Donostia en 1961, se formó en Toledo e inició su labor como sacerdote en Zumarraga. De hecho, las voces de la Iglesia le reprochan haber actuado en aquella época de forma independiente, "de espaldas a las directrices diocesanas y sin hacer caso al obispo".

Munilla participa asiduamente con medios de comunicación como la COPE o Radio María, en los que muestra su cercanía con la línea de la Conferencia Episcopal y a su presidente, Rouco Varela, alejado del aperturismo activado en Gipuzkoa.

El nuevo obispo de la Diócesis guipuzcoana declinó ayer pronunciarse sobre el manifiesto contrario a su designación. Sus más inmediatos colaboradores señalaron a la agencia Efe que el prelado se había enterado de ese manifiesto a través de internet, ya que "nadie se ha puesto en contacto con él" para hacerle llegar el contenido del mismo.