El PP ha encontrado en la autonomía fiscal de las comunidades que gobierna un nuevo caballo de batalla contra el PSOE y el Ejecutivo español, y está dispuesto a galopar sobre su lomo hasta desfondarlo. Lo hará además con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, como principal ariete tras su decisión de suprimir el impuesto de patrimonio, en la estela de la Comunidad de Madrid.

De hecho, Moreno le ha ganado la partida a la díscola Isabel Díaz Ayuso como principal activo en la labor de desgaste del gabinete de Pedro Sánchez, y ayer miércoles expresó su satisfacción por que la comunidad andaluza “haya liderado el debate de la bajada de impuestos” en el Estado y que con su “revolución fiscal” mire de tú a tú a otras comunidades como Madrid y Catalunya.

Lo hizo en un acto institucional celebrado con todos los sacramentos en el Palacio de San Telmo de Sevilla, tras la firma del decreto ley de bajada de impuestos frente a la inflación aprobado el martes en el Consejo de Gobierno andaluz. El mismo contempla una rebaja en el IRPF, la supresión del impuesto de patrimonio y la eliminación del canon del agua durante el año 2023. Una política de rebajas fiscales asumida con entusiasmo por el PP y que ha provocado una perturbación en la fuerza de Moncloa.

Frente a las advertencias que llegan desde el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, Moreno Bonilla puso pie en pared y aseguró que, si Moncloa sucumbe ante “la tentación de injerir en la autonomía fiscal” de su comunidad y hace “cualquier maniobra” para restar sus capacidades o que se suban impuestos, tendrá “una contundente respuesta judicial”.

La propia Ayuso aseguró que hará “exactamente lo mismo” que el presidente de la Junta andaluza y que emprenderá “todas las acciones que hagan falta” si se ve “obligada a defender la autonomía fiscal de Madrid”. Las voces del PP defendiendo este discurso fueron ayer numerosas, y por ejemplo el coordinador general del partido, Elías Bendodo, acusó al PSOE de “podemizarse” porque la socialdemocracia europea está apostando por las rebajas fiscales. Recordó además que fue el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero el que eliminó el impuesto de patrimonio en 2007.

Por si los populares no tuvieran motivaciones suficientes para erosionar a Moncloa por este flanco, la reacción que protagonizó el martes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, abogando porque la competencia fiscal vuelta al Estado para evitar este “despropósito”, ha espoleado todavía más al partido que preside Alberto Núñez Feijóo.

Escrivá se desdice

Amonestado por sus propios compañeros en el Consejo de Ministros, Escrivá trató ayer miércoles de recoger cable y aseguró que de su boca no salió la palabra “recentralización”. En concreto, en una entrevista a Onda Cero el pasado martes, se le preguntó si es partidario de una centralización fiscal por parte del Estado. No solo respondió con un contundente “sí”, sino que apostilló que es la postura que viene defendiendo desde hace tiempo.

Escrivá, en cualquier caso, dejó claro en los pasillos del Congreso que “la ministra de Hacienda es la que tiene que marcar la política en este ámbito” en el Gobierno. María Jesús Montero le tomó la palabra e indicó que explora una mayor aportación de las grandes fortunas a la recaudación y que busca “armonizar” algunos impuestos autonómicos para evitar la “competencia fiscal a la baja” entre comunidades.

Más crítica, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dijo que la decisión de la Junta andaluza de suprimir el impuesto de patrimonio supone “una apuesta de dumping fiscal entre comunidades”.