Párpados abiertos. Ojos pétreos. El cansancio lo inunda todo como un rayo de oscuridad. Y la languidez. Y el estrés postraumático de los retornados del trauma. Y el miedo. Y la rabia. Y la noche, una perpetua, densa y horrible. Mil yardas después, la mirada se ensucia con una niebla que no desaparece jamás. Durango es Vietnam. “Si perdemos, se nos complica bastante entrar en el play-off. Intentaremos dar lo nuestro. Salir enchufados desde el principio. A ver si hacemos bien las cosas”, desbroza Jon Ander Albisu. El Ezkurdi se convierte este sábado en un potro de tortura para dos combinaciones que se juegan gran parte de sus opciones en el Campeonato de Parejas, a partir de las 17.15 horas. Hospital o cementerio. No hay más. Si bien queda tiempo para posibles revueltas, los derrotados se encontrarán en una tesitura tremendamente complicada.

Porque el zaguero de Ataun, que se perdió el duelo de la semana pasada por mal de manos –Peña II y Eskiroz, su suplente, cayeron ante los líderes Jaka-Mariezkurrena II por 22-19–, y el delantero de Tolosa viven en un perpetuo shock. Baiko Pilota les ha alineado en tres ocasiones: 2021, 2022 y 2024. En su primera comparecencia, Peña II-Albisu llegaron a la final, cayendo derrotados ante Elezkano II y un grandísimo Zabaleta por 22-7. En la liguilla de cuartos de final, los guipuzcoanos se llevaron diez de los catorce duelos en juego, calificando segundos. 

Con esa carta de presentación, la repetición del binomio supuso una decepción final pese a los bonitos cantos de sirena heredados del curso anterior. Sellaron el billete al play-off en la quinta plaza con seis victorias. En la eliminatoria de acceso a las semifinales, Laso e Imaz, a la postre finalistas, les medicaron con un severo 22-10 en el Ogueta de Gasteiz. La cátedra no esperaba tamaño naufragio, dado el potencial de un binomio.

La irregularidad

En la presente campaña, más de lo mismo. Irregularidad. Resumiendo: dos victorias en las tres primeras jornadas –ante Artola-Imaz (19-22) y Ezkurdia-Tolosa (10-22)– y solo una más –ante Elordi-Rezusta (12-22)– en las seis siguientes. Llevan desde el 23 de diciembre sin llegar a 22.

Urge una reacción, además, por aquello del tanteo personal, puesto que Laso-Aranguren les tumbaron en la primera vuelta por 22-16 y el punto de Durango se antoja doble. Más todavía cuando Peña y Albisu tienen perdido el global con Artola-Imaz y les quedan los cuatro duelos contra Aspe. 

Pareja en Urgencias

Por contra, pese a que el de Bizkarreta-Gerendiain y el zaguero de Aginaga están en una mala situación clasificatoria, apenas dos triunfos y en el farolillo rojo, la victoria les catapultaría a otro escenario: el de la fe y la esperanza. 

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La certeza de formar una combinación más modesta, pues Unai ha regresado sin rodaje a la actividad en el Parejas tras seis meses de baja por lesión, limita el eco de su posición. Más todavía cuando el objetivo principal del errotarra no son los resultados, sino las “sensaciones”. Lo cierto es que cuenta con un socio que, sin ser un dominador, está rayando a buen nivel. Pueda ser el último tren al sueño de pelear por el play-off. Es decir, valor doble o nada. 

El Ezkurdi pone a prueba dos tendencias negativas. Durango y la resurrección. Durango y el reset. Cambiar el gesto. Alzar el mentón. El Ezkurdi como Campamento Base. El Ezkurdi como diván. Esa mirada...