La Herri Krosa volvió a presentarse a su cita anual con Bilbao y la convocatoria fue todo un éxito. 10.000 personas no quisieron perderse la 34 edición y sus dos novedades: su paso por San Mamés y su camiseta rojiblanca. Ambas dispuestas con motivo del 125 aniversario del Athletic. De hecho, el tercer domingo de noviembre amaneció oliendo ya a gloria, con el cielo despejado, el sol de cartón y una temperatura perfecta para correr 10.000 metros. Así, poco a poco la gente se fue acercando a la Gran Vía, lugar de la salida y la meta desde que Herri Krosa es Herri Krosa.

De esta forma, cuando a las 11.00 horas, puntual como es habitual, la prueba patrocinada por DEIA dio el pistoletazo de salida, no cupo ni una persona más en la amplia avenida. Diez minutazos tardaron las 10.000 personas en atravesar el arco de salida. Es decir, cuando los últimos empezaron a correr, los primeros habían pasado ya el tercer kilómetro. Pero, a pesar de este matiz poco importante en la filosofía de la Herri Krosa, después solo hubo puro atletismo.

Arriaga y Ayuntamiento fueron los edificios emblemáticos que abrieron boca para el plato fuerte, un imponente San Mamés que se abrió a los participantes en el kilómetro cinco: en el ecuador del camino. Una vuelta al ruedo y rumbo a Deusto para afrontar el último tramo bajo la mirada de Puppy el Guggenheim. Después, Mazarredo dio paso a la Gran Vía y, con la meta en el horizonte, los más valientes -o con mejores piernas- apretaron para arañar unos segundos al tiempo. Otros no pudieron y cruzaron la meta con el pulmón en la boca, pero dio igual porque la recompensa fue la misma. Y es que la Herri Krosa lleva 34 ediciones otorgando el mismo trofeo a todos y cada uno de los participantes porque el premio es, simplemente, llegar.

Lo más rápidos de la fiesta

La Herri Krosa es una carrera sin perdedores, eso es algo que ya ni se discute, pero siempre hay alguien que es el más rápido. Y en esta edición el honor recayó en Javier Andrés Burgos y Helene Alberdi. El primero llegaba precisamente de Burgos con otros dos amigos y, aunque no se esperaba ser el primero en cruzar la meta, parar su cronómetro en 33.40 minutos le dio ese privilegio. "Estoy encantado de participar en esta carrera, el paso por San Mamés ha sido increíble pero no solo he disfrutado eso, sino que he ido disfrutando durante todo el recorrido", dijo todavía resoplando.

Por otro lado, la bilbaina ya sabía lo que era ser la más rápida en la Herri Krosa. Lo consiguió también en la pasada edición, aunque puede que este año le haya sabido aún mejor puesto que después de ella, que detuvo su reloj en 36.53 minutos, apareció su amiga y entrenadora Ainhoa Murua. De esta forma, Alberdi, campeona de Europa de triatlón de media distancia, y Murua, cuatro veces olímpica, se fundieron en un abrazo que representó cada uno de los valores de esta prueba. Porque esto solo ocurre en la Herri Krosa.