Lo sucedido en el amanecer de la temporada de la Fórmula 1 no fue algo ocasional ni insospechado. Los 38 segundos de ventaja del vencedor, Max Verstappen, con respecto al primer coche que no era un Red Bull –Fernando Alonso, en tercera posición con el Aston Martin– fue un fiel reflejo de lo que venía sucediendo y de lo que estaba por seguir aconteciendo. Bahréin fue el prólogo de un nuevo episodio de tiranía de la fábrica austríaca, que camina por los circuitos como los hunos. Desde que en 2022 entró en vigor una nueva reglamentación, Red Bull viene forjando una de las mayores épocas de dominación. Ahora, transcurridas 16 de las 22 carreras del calendario actual, entre las que Mad Max alcanzó su momento álgido al encadenar 10 victorias –récord histórico– para sumar el total de 13 que ha protagonizado, el bicampeón se presenta en Catar ante su primera ocasión de proclamarse tricampeón, lo que le elevaría a la altura de los Jack Brabham, Jackie Stewart, Niki Lauda, Ayrton Senna y Nelson Piquet.

La pregunta no era quién lograría el título, sino cuándo sucedería, porque el potencial de Red Bull es abrumador pero Sergio Pérez no hace sombra al distinguido Verstappen. El futuro ya está aquí. El momento ha llegado.

Verstappen presenta 177 puntos de ventaja sobre su inmediato rival y compañero de equipo. Checo Pérez es el único piloto virtualmente capaz de posponer la coronación, lo que se antoja improbable: restan seis carreras dominicales y tres al esprint, que reúnen 180 puntos por repartirse, y Verstappen solo necesita sumar tres para reeditar su gobernanza. Catar prepara la celebración.

En el circuito de Losail Mad Max gozará de dos oportunidades, la primera llegará en la prueba al esprint de mañana y la segunda, el día posterior, con la carrera convencional. En caso de lograr mañana al menos un sexto puesto, habrá decidido el campeonato. Teniendo en cuenta que a lo largo del campeonato no se ha producido ningún resultado que no le hiciera campeón este fin de semana, se puede decir que Verstappen lo tiene chupado. Puede elegir, si tiene algún tipo de preferencia.

Pero le pone a Verstappen eso de aprovechar la noche de sábado para montar una buena fiesta en Losail. “Quizás sea mejor (ser campeón mañana). Esa noche podremos divertirnos mucho, aunque existe la posibilidad de que los tiempos de reacción sean peores en la salida de la carrera principal del domingo”, expresó en tono jocoso. Fiebre de sábado noche.

Adquiriendo ya un tono formalista, Verstappen admitió que en realidad dónde y cuándo ser campeón “no me preocupa en absoluto”. “Mi equipo y yo estamos haciendo una gran temporada, esa es la realidad. Y no, no importa dónde termine ganando el título”, profundizó Verstappen, que pilota sin ningún tipo de presión más que la autoimpuesta, que la domina su inestimable ambición: “No estamos en un caso en el que tengas que ganar cinco carreras seguidas para ganar el título, o que todo se decida en el último fin de semana, así que no tengo nada de qué preocuparme”.

Sin embargo, se suele decir que las palabras no valen de nada si no son secundadas por hechos. Verstappen no es un tipo que especule ante la posibilidad de engordar su palmarés. No afloja jamás. Tampoco hay duda de que seguirá aprovechando la oportunidad que le está brindando el autoritario Red Bull en un deporte que es cíclico. De ahí que haya ganado 38 de las últimas 60 carreras disputadas.

Otros retos de 2023

El estado de forma de Verstappen permite imaginar que podría conducir a Red Bull hacia el mejor porcentaje de victorias de la historia. La escudería ha ganado 15 de las 22 pruebas programadas para este año (68,1%) y los mejores registros son de McLaren, que en 1988 firmó 15 de 16 (93,7%), y de Mercedes, que en 2016 consiguió 19 de 21 (90,4%). Asimismo, Red Bull ha logrado durante la presente temporada y la anterior desbancar a McLaren como la escudería con las triunfos consecutivos. El récord estaba en 11 y ahora está en 15.

A título individual, Verstappen viaja actualmente a bordo de la mejor racha porcentual de triunfos de la historia: 13 de 16 posibles (81,2%). Detrás quedan Alberto Ascari, con 6 de 8 en 1952 (75%), y Michael Schumacher, con 13 de 18 en 2004 (72,2%). Por lo tanto, existen diversos estímulos para seguir esmerándose.

Esta voracidad de Verstappen la está sufriendo en gran medida Checo Pérez. “No es fácil ser su compañero, está pilotando a un nivel que yo no había visto en la Fórmula 1 desde que estoy aquí. No comete errores y realmente va al límite todo el tiempo”, admitió el mexicano para los micrófonos de DAZN.

El pasado 30 de septiembre Verstappen cumplió 26 años. Por poner en contexto sus logros, cabe destacar que a lo largo de la historia solo un piloto poseía más títulos que los dos del neerlandés. Fue Sebastian Vettel. Si bien el alemán contaba con 29 victorias y Verstappen atesora 48. Otras referencias pueden ser los dos pilotos con más títulos de la historia, los heptacampeones Lewis Hamilton y Michael Schumacher. El británico alcanzó los 26 años con 14 victorias y un título en su currículo, mientras que el alemán gozaba de 19 victorias y una corona. Cierto es que el calendario es más extenso en la actualidad.

“Siempre hay margen de mejora, y siempre hay que estar abierto a ello, eso es lo más importante”, subrayó Verstappen en una declaraciones realizadas para Red Bull. Es su particular receta para alcanzar los éxitos que está cosechando. En Catar presumiblemente añadirá una nueva conquista a su excelso palmarés, a la altura de grandes leyendas.