En 1965 Gerediaga Elkartea organizó en el pórtico de la iglesia de Santa María de Uribarri la primera edición de la Euskal Liburu eta Disko Azoka. Bajo la dictadura franquista, el objetivo era dar visibilidad a las publicaciones en euskera. Organizada en su aspecto editorial a raíz de la tenacidad de Leopoldo Zugaza y en el discográfico de José Luis Lizundia, y con el trabajo también de los miembros de la recién constituida asociación Gerediaga, la convocatoria fue todo un éxito. Aquellas personas ni en su sueño más extremo se podían imaginar hasta dónde iba a llegar aquella iniciativa. Tampoco las que visitan hoy la Azoka se pueden imaginar la humildad con la que comenzó . Desde entonces, ha sabido actualizarse, al igual que la propia sociedad vasca. Han pasado 57 años y al igual que no se puede entender Durangoko Azoka sin el devenir de la cultura y la sociedad vasca, tampoco se puede entender a la cultura y a la sociedad vasca sin la propia Azoka. Hoy sus puertas se volverán a abrir para celebrar la buena salud de la cultura en euskera. Y Durango es un reflejo de ello. Los números hablan por sí solos: se presentarán 930 novedades y se celebrarán 250 actividades. En la Plaza de la Cultura se podrán encontrar, ver, escuchar, tocar y sentir los discos, libros, audiovisuales, conciertos y espectáculos. Y, afortunadamente, sin restricciones. Nos esperan cinco días intensos en los que la cultura en euskera reivindica su protagonismo.