ES una suerte de conquista de las calles de Bilbao. Año tras año aparecen las procesiones en un escenario público urbano y la profesión íntima de la fe se explaya en público a la media luz de la media tarde. La Semana Santa bilbaina, pura tradición, vela armas y ya se prepara para su despliegue. El cartel de la Semana Santa de este año está protagonizado por la Cofradía de Cruzados. Inicialmente este cartel estaba preparado para la Semana Santa de 2020, pero no pudo editarse debido a la pandemia del momento así que ahí vuelven, dicho sea en un tono espiritual y tradicional, nada que ver con el Concilio de Clermont de 1095, en el que el Papa Urbano II hizo un llamamiento a los cristianos para liberar a Jerusalén, origen de las cruzadas. La Hermandad de la que les hablo se fundó en el barrio de la Cruz en el año 1945 y nada tiene que ver, válgame Dios, con las guerras ni con la violencia.

Hay quienes viven estas fechas con devoción, otros con curiosidad y muchos otros, cada vez más, con indiferencia. Con todo, la tradición de la Semana Santa mantiene su halo religioso y artístico, contra los usos y costumbres de cada época. Este año acudirá invitada a la procesión una representación de 30 músicos de la agrupación de Cornetas y Tambores de Haro y se mantiene, como en las últimas siete ediciones, otra procesión gastronómica: la ruta del pintxo Nazareno. Se celebra en los barrios de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala, el evento Pintxo Nazareno, actividad organizada con la colaboración de 15 locales hosteleros de la zona, donde los bares que participen ofrecerán un pintxo especial Nazareno por tan solo 1,5 euros, para celebrar las fiestas. Ha de considerarse que también por esa zona se celebra la conocida por el pueblo como la procesión de Las Cortes, donde sale a la luz el cristo Nazareno. Ahí se ve la personalidad bilbaina del Ecce Homo, los potajes de vigilia y las saetas en euskera.