Eibar (2011-15), Athletic (2009 y 2015-18), Deportivo de A Coruña (2018-21) y Olympiakos Nicosia (2021-22) han sido los cuatro clubes en los que ha desarrollado su carrera como futbolista profesional Eneko Bóveda (Durango, 14-XII-1988), un hombre analítico, reflexivo y siempre profundo en sus declaraciones como vuelve a poner de manifiesto en DEIA. Satisfecho con el camino trazado en el mundo del fútbol a pesar de varios sinsabores, el ya exlateral durangarra habla entre otras cosas de su etapa como león, de la vuelta de Valverde al Athletic y de lo peor que rodea hoy en día a un deporte en el que tiene la sensación de haber hecho “todas las cosas que podía y más”. 

Ha pasado un mes desde que colgó las botas en el Olympiakos Nicosia de Chipre. ¿Cómo es su nueva vida?

Por ahora estoy parecido a como hubiera estado si no hubiese colgado las botas, porque la mayoría de equipos no han vuelto todavía a los entrenamientos. No sé si mi sensación actual es del todo real en ese sentido, pero estoy contento y totalmente seguro de la decisión tomada. 

Tenía un año más de contrato con el club chipriota, pero decidió no ejecutarlo. ¿Por qué?

Renové durante la temporada para tener la opción de seguir un año más, pero cada semana que pasaba iba teniendo más clara la idea de dejarlo por varias cosas. Por un lado, porque con 19 años me detectaron una cardiopatía en Lezama y siempre tuve bastante claro que no iba a estirar mucho el chicle de jugar. Por otra parte, porque mi sensación durante la última temporada era ya de haber hecho todas las cosas que podía y más en el fútbol, por lo que tenía la sensación de que todos los retos y todas las inquietudes que me podía proporcionar el fútbol estaban completas. Se puede decir que el fútbol no me daba ya para soñar y que era mejor dejarlo en un momento bueno que esperar a que pasaran los años y acabar con un desengaño o una decepción.

“Tenía la sensación de que todos los retos y todas las inquietudes que me podía proporcionar el fútbol estaban completas”

Ahora quiere ser entrenador.

Me gustaría. No lo puedo esconder, porque quien me conoce sabe que siempre me ha llamado la atención. He intentado formarme o empatizar con los entrenadores tratando de ponerme en su lugar y sí es algo que me hace ilusión. Sé, aun así, la competencia que hay, cuánta gente preparada está y que deberé ir poco a poco.

¿Qué balance hace de su trayectoria como futbolista?

El balance es muy positivo. He estado en sitios que no hubiese ni imaginado. Algo habré puesto de mi parte y algunas circunstancias se habrán dado a mi favor, pero no tengo muchas espinas clavadas. Siento mucho amor hacia esta profesión y me queda la sensación de haber sido un privilegiado.

¿Cuál fue su mejor día como futbolista?

El día del ascenso a Segunda División con el Eibar, porque me cambió la vida al haberme visto en una especie de encrucijada tras acabar mi primera etapa en el Athletic. Estaba estudiando para ser Ingeniero de Telecomunicaciones y sin darme cuenta el fútbol me había llevado casi hasta el profesionalismo, pero también me quitaba mucho tiempo y no sabía bien qué apuesta hacer. Conseguir aquel ascenso, además de lo bonito que fue, supuso para mí una liberación al ver que empezaba a darme sus frutos la apuesta que hice por el fútbol.

¿Y el peor momento que ha vivido?

Seguramente, los descensos con el Deportivo. Sobre todo, cuando bajamos de Segunda a Segunda B, lo cual empaña bastante tanto mi estancia en el Depor como mi carrera. Hizo, además, mucho daño a toda la ciudad y nosotros lo pasamos muy mal durante toda el curso. Fue un año horrible y sufrimos muchísimo en el día a día.

“No creo que haya muchos jugadores en la historia con mi carrera deportiva”, llegó a afirmar en febrero del año pasado en una entrevista cuando militaba en el Deportivo.

Sí, porque subí de Segunda B a Primera con un equipo (Eibar) que no se preveía que lo lograra y descendí después de Primera a Segunda B con otro equipo (Deportivo) que en teoría no debía bajar. Lo siento mucho por toda la gente que sufre el Depor y está teniendo que vivir esto, aunque para mí supuso un aprendizaje y creo que algo me he llevado sobre cosas que funcionan peor y mejor de cara a poder aplicarlas en un futuro.

¿Qué sobra en el fútbol actual?

No lo sé, pero el mundo de las redes sociales ha llevado la crítica a un punto algo desagradable para mi gusto, lo cual tiene un impacto y unas consecuencias negativas en los profesionales. Conozco gente que ha sufrido con todo eso y para los jóvenes que están empezando también es una dificultad añadida saber vivir y manejar ese ruido y esa suciedad para que te afecten lo mínimo posible.

Iago Herrerín, con quien compartió vestuario en el Athletic, sufrió con todo ello sin ir más lejos. ¿Qué balance hace usted de su experiencia como león entre 2015 y 2018?

Fue precioso. Aquella plantilla, además, era algo increíble en cuanto a sensación de familia, amistad y creer en todo lo que se hacía. Era una maravilla. La plantilla que todo entrenador querría tener, con un nivel futbolístico muy bueno también y un gran entrenador como Ernesto (Valverde). Yo tuve un papel secundario, con momentos en los que jugaba más o menos, pero nunca me sentí fuera de la dinámica del grupo. Ganamos una Supercopa (2015) y el equipo consiguió acumular clasificaciones para Europa.

¿Se valoró lo suficiente a aquel equipo?

Lo que pasó fue que cuando llegué yo en 2015 éramos buenos, pero antes el equipo había sido aún mejor al venir de jugar la Champions. En el último año de Valverde (2016-17) sí teníamos la sensación de que lo que hacíamos, a pesar de seguir entrando en Europa, no valía ya. Aunque en el momento igual pudiera fastidiar un poco, lo entiendes. Quizás se nos pedía dar un paso más, pero no teníamos ese nivel para volver a Champions. 

Llegó a Bilbao con Valverde como entrenador y ahora Txingurri está de vuelta. ¿Bueno para el Athletic?

Seguro. Muy, muy bueno. Para mí ha sido una gran alegría su vuelta, porque le tengo un cariño y un aprecio futbolístico y no futbolístico muy grande. Me extrañaría mucho que con el Txingu no se vea un muy buen Athletic. Si alguien puede tener alguna duda acerca de él, solo tiene que tirar un poco de internet para que se le disipen las dudas. Esta plantilla, además, creo que sí tiene ese nivel para dar un paso más y me parece un buen momento para el reencuentro. 

“Trataré de hacer todo lo que esté en mis manos para ver hasta dónde puedo llegar como técnico, pero con humildad”

No es mal referente como técnico. 

Sin duda. Para mí es un referente. Toparme dos años con él fue un privilegio increíble al poder observarle y guardar en mi memoria todo lo que aprendí. Ahora tengo esa suerte también de que esté de nuevo en el Athletic para poder ir a Lezama y ver sus entrenamientos y su método.

¿Entrenará a algún equipo esta temporada?

Tengo algunas propuestas y podría entrenar en cualquier categoría, pero primero tengo que ver cómo organizo mi primer año después de colgar las botas. No lo tengo decidido. Estoy ubicándome, hablando con unos y otros, escuchando qué quieren de mí, dónde puedo aportar y qué puede ser bueno para empezar mi camino. 

¿Cuál es su sueño a día de hoy?

Mi sueño es ser entrenador y trataré de hacer todo lo que esté en mis manos para ver hasta dónde puedo llegar como técnico, pero con humildad y aprendiendo de todos los que están y saben de ello.