Bajo el título ‘Álex Remiro, la fortaleza empieza en la mente’, el portero de la Real Sociedad se sincera en una entrevista en DAZN. Y cuatro años después de su polémica salida de Bilbao, el de Cascante entra de lleno en el asunto. Apartado de la dinámica del primer equipo rojiblanco por orden de la Junta Directiva de Josu Urrutia tras rechazar la oferta de renovación que le planteó Ibaigane en su momento, el guardameta txuri-urdin da su versión de lo sucedido. Y sus palabras seguro que abren una herida que parecía cerrada, ya que acusa a los anteriores gestores del club rojiblanco de casi obligarle a firmar un contrato a ciegas.

"No sabía qué iba a pasar conmigo, porque a nivel contractual me quedaba un año en Bilbao y las cosas no estaban en la misma dirección. Ellos no contaban conmigo porque tenía gente delante. Consideraban que mi año en Huesca no era suficiente para estar en el primer equipo. Afrontaba el año de volver a Bilbao, intentar hacerme con el puesto, entrenar para mí y ver qué es lo que pasaba conmigo. No sabía qué iba a pasar", rememora Remiro, que no deja en buen lugar a los responsables del Athletic.

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"Cuando empezamos la pretemporada no tengo ninguna oferta de renovación porque a Kepa se le había renovado en enero, entonces, lo que el club me transmitió era: te queda un año de contrato, vas a ser segundo o tercer portero, no puedes salir cedido... vas a estar aquí. ¿Qué pasa? Que a Kepa, vienen, y se lo llevan. A mí me repercute en que vivimos una situación de: tienes que firmar esto para poder jugar, si no, te vas a ir a la grada”, destaca el portero de la Real, que denuncia más presiones: “Claro, después de saber que no contaban conmigo, que me medio obligaban a firmar un contrato que no había leído ni yo ni mis representantes, con el entrenador delante… (en ese momento era Eduardo Berizzo) yo dije: Yo no quiero aguantar esto. Yo no sé lo que voy a firmar. Tengo 22 años... soy un niño, pero tonto no soy. Yo quiero ver lo que es esto. Claro, entonces dije: yo esto no lo voy a firmar. ¿Qué pasó? Que, eso, o lo firmaba, o no lo podía volver a ver. Así que dije: 'no. Yo me voy a casa, hablo con mi familia... yo tengo que hablar de esto'. Desde ahí, hasta final de año, ni una conversación. Yo iba a entrenar, intentaba ser el mejor Álex que podía ser. Nunca dije nada malo, me llevaba bien con todos mis compañeros, no di un problema a nadie... pero yo sabía ya lo que me iba a pasar".

Remiro sigue con su versión en la entrevista: “Yo dije: cuando acabe la temporada nos sentamos con mi familia... lo mismo que cuando fui a Bilbao. Lo hablamos con mis representantes y vemos cuál es la mejor opción. Obviamente, la connotación que tiene que sea el rival de la comunidad, el derbi, el equipo contrario... tenía su peso, pero hay que ser realistas y ver todas las partes de lo que significa a nivel salarial, a nivel proyecto, lo que piensa de ti el entrenador, la ciudad, la cercanía de casa... todos esos puntos se valoraron en todas las ofertas que tuve. Cada uno dio su opinión, y la mía fue Donosti. Esto no es irte a la Premier y a jugar... esto es serio".