Su muerte, el pasado agosto de 2023, dejó un reguero de huérfanos en las huestes de los rebeldes que campean en los campos de las artes. Siempre exagerado en sus obras, en sus textos, en su vida, José Ramón Sainz, Morquillas, fue un artista a contracorriente de las modas y los vientos que soplaban en cada ocasión. Reseñan los papeles que ganó el premio Gure Artea, dejando asombrados a todos los connoisseurs del arte que jamás hubieran imaginado una obra tan atrevida en el país de los vascos, de grandes pintores y escultores pero poco innovadores, poco de rompe y rasga.

Era un hombre tan carismático como polémico, tan innovador como provocador. Cuentan sus biografías que en 1982 se matriculó en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, pero no concluyó la carrera debido a su activismo controvertido. Fue uno de los artistas fundador en 1968 del grupo Zue (lo hizo junto con Marta Brancas, Alberto López, Pau Dol, Fernando Mirantes, María Jesús Uriarte y Maialen Urrutikoetxea aunque acabaría enfrentándose y marchándose del grupo...) cuyo manifiesto fundacional data de 1969. Entre 1978 y 1988 dirigió el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, con el fin de apoyar a los artistas emergentes vascos a través de su gestión y que contribuyó en estos diez años programando exposiciones de los principales artistas vascos como del escultor Pello Irazu.

Según su galerista Petra Pérez, directora de la Galería Vanguardia lo definió como un activista. “No solo se trataba de un autor, sino también de una persona implicada en su entorno artístico y social. Creó en 1979 el Partido Surrealista de Euskadi porque, según explicaba, la política era una forma inferior del arte”.​

Escuela vasca

La primera Facultad de Bellas Artes de Bilbao generó un nuevo núcleo de artistas diferentes a la etapa anterior de la Escuela Vasca. Morquillas fue uno de los fundadores de la Asociación de Artistas Vascos EAE Euskal Artisten Elkartea. Su trabajo se expandió fuera de la pintura, la escultura y la crítica, llevó a cabo numerosas instalaciones a lo largo de su trayectoria por lo que ha sido reconocido como un renovador del arte vasco.

Pese a su condición de artista salvaje (su obra en la exposición sobre el centenario del Athletic en la Sala Rekalde fue retirada porque representaba al edificio Delclaux, sede de la muestra, cubierto con cruces gamadas y su trabajo para la exposición Morquillas. L’air du temps, una retrospectiva prevista en el Museo de Bellas Artes nunca llegó a celebrarse por un cruce de desavenencias entre la pinacoteca y el artista...) cabe reseñar que en 1972 obtuvo el premio internacional Mani Tesse de Florencia; en 1973, el premio Marzocco; en 1974 resultó premiado en el VII Gran Premio de Pintura Vasca; en 1982 consiguió el tercer premio en la muestra Gure Artea y en la edición de 1988, el premio Gure Artea de escultura.

El pintor, escultor y crítico de arte barakaldés –“de Arrandi de toda la vida y nacido en casa”– José Ramón Sainz Morquillas (1947-2023) falleció a los 76 años de edad. Con cerca de seis décadas de trayectoria, Morquillas se definía, hace una década, en el periódico municipal Bilbao, como un paisajista con “componentes políticos y sociales”, lo que le llevó a sufrir algunos episodios de censura y polémicas, entre ellas su crítica al proyecto del museo Guggenheim: “El PNV compró la caseta al perro, el PSE continúa pagando la hipoteca”, señalaba en su blog. Como ven, fue incesante en sus diatribas y en su espíritu creador y transgresor.

En tiempos como los actuales, cuando tanto se navega en aguas calmas lo suyo fueron las tormentas. Es, quizás, el último mohicano de las bellas artes.