El Athletic femenino cayó justamente eliminado en las semifinales de la Copa y, un año más, el trofeo resulta esquivo para las rojiblancas, que tampoco podrán llevarlo a las vitrinas de Ibaigane. La final será entre dos clubes de la capital española, porque el Real Madrid, como la víspera el Atlético ante el Alhama con idéntico resultado, demostró su gran potencial, se deshizo con suma facilidad del conjunto bilbaino y con el argumento de mostrarse como un equipo superior que marcó tres tantos en la primera parte y dejó la eliminatoria sentenciada para la segunda.
El Athletic partió con la novedad en la alineación de Maite Zubieta como pareja de baile junto con Valdezate en el centro de la zaga. Menos Quiñones, el resto de titulares no superaba los 23 años. Pero, al cuarto de hora, la estrategia se le fue al traste a Iraia Iturregi. Todo hecho añicos y ya con el marcador en contra. Valdezate, lesionada en su rodilla derecha, tuvo que dejar su sitio sobre el césped. Y entró Azkona para que Oihane Hernández retrasara su posición al lateral derecho; Zubieta y Landaluze fue la fórmula para una pareja inédita de centrales, que poco pudo hacer ante la pegada de las madrileñas. La hoja de ruta de las vizcainas era permanecer cerradas y esperar la oportunidad. El Athletic se intentó comportar como un equipo paciente. No en vano, el 0-3 de Lezama y el 2-1 en Valdebebas en liga, daban algo más que respeto. Y así fue.
Caroline Weir y Naomie Feller tenían licencia para todo en la línea de ataque. Y fue muy pronto cuando la escocesa Weir, la que se metió entre la espalda de Valdezate y Zubieta y casi sin mirar a puerta mandó un balón en forma de vaselina que sorprendió a una Asun Quiñones un pelín adelantada. El Madrid era un martillo pilón. En el minuto diez, la colombiana Linda Caicedo llegó escorada a la izquierda del ataque y se sacó un buen disparo que se estrelló en el poste. El conjunto rojiblanco apenas lograba pasar del medio del campo y, además, trastocado por la lesión de Valdezate. Antes de la media hora, Weir centró desde la derecha a Toletti, que empalmó de volea y el balón tras tocar en la espalda de Zubieta supuso el segundo tanto de las madrileñas.
Antes del descanso el Madrid sentenció. Feller asistió desde la izquierda a Athenea, que entró como una exhalación para hacer el tercero. Demasiado rival. Nada más comenzar la segunda mitad el conjunto blanco logró el cuarto y definitivo. Fue un balón muerto en un rechace en el área tras un mal despeje que aprovechó Weir después de un balón que buscaba a Moeller. El Athletic no tuvo respuesta. Se quedó mudo. Ivana remató alto a la salida de un córner. Maite Oroz también la mandó arriba. El Madrid seguía muy seguro y por parte rojiblanca solo algún timido ataque, sobre todo de Oihane, pero que encontró siempre un muro impenetrable. A falta de un cuarto de hora para el final, un disparo de Peke pudo ser penalti tras golpear en el brazo de la defensora blanca Kenti Robles. Tampoco. La eliminatoria estaba totalmente decidida. El partido estuvo parado por un problema de salud de un aficionado en la grada que tuvo que ser atendido por los servicios médicos.
Despedidas en las filas rojiblancas
Nekane tuvo sus últimos minutos de gloria, en casi media hora de esta segunda semifinal. Entró para ser un revulsivo en el ataque vizcaino e intentar mover el marcador. Entró junto a Peke y puso el broche a su dilatada trayectoria, aunque no pudo marcar. 16 temporadas, 381 partidos y 162 goles. Leyre Monente, que tampoco seguirá en el Athletic tras cuatro cursos en el primer equipo, no gozó de minutos. También pudo ser la despedida de Oihane Hernández, que acabó llorando desconsolada sobre el terreno de juego. La vizcaina sigue sin renovar y algunas informaciones la colocan en el Real Madrid el curso que viene.
