¿Tiene pensado reunirse junto a su grupo de amigos para disfrutar de una comida en Aste Nagusia? Si no ha realizado ya la reserva, puede que le vaya a costar encontrar una mesa disponible. El tirón de las fiestas ha llevado a muchos restaurantes a colgar el cartel de completo ya una semana antes de que llegue Marijaia. “A día de hoy no tenemos prácticamente ninguna mesa disponible para la semana de fiestas”, afirma Ricardo Pérez, chef del restaurante Yandiola. Sergio Ortiz de Zarate, propietario del establecimiento reconocido con una estrella Michelín que lleva su nombre, lo reitera. “Estamos prácticamente llenos”, confirma. Eso sí, siempre queda el consuelo de que haya alguna cancelación de última hora y se puedan vivir esos reencuentros que en algunas ocasiones llegan a ser anuales.

Los días más demandados por los comensales son principalmente este sábado, 19 de agosto, y el segundo fin de semana de fiestas. Para sorpresa del restaurante Ondori Botxo y su dueño, Jurgi Arejita, a diferencia de años anteriores este sábado ha colgado el cartel de completo, un indicativo de que restaurantes que años anteriores tenían más ocupación el segundo fin de semana este año llenan los comedores desde el primer día. “Habitualmente es el segundo fin de semana en el que tenemos más comensales, este año lo tenemos completo desde el sábado”, explica. Un hecho que se puede ver reflejado con el fin de las restricciones existentes a raíz de la pandemia mundial provocada por el coronavirus. “Por fin dejaremos de ver mascarillas”, añade.

"A día de hoy no tenemos prácticamente ninguna mesa disponible para la semana de fiestas”

Ricardo Pérez - Chef del restaurante Yandiola

Indiferentemente de que sean cenas o comidas, el cartel de completo ya se ha colgado en las fechas en las que se espera más afluencia de personas por las calles de Bilbao. Pronto lo harán también entre semana, cuando se vaya acercando la fecha. “Muchas personas suelen esperar a última hora para hacer la reserva en el local”, comenta el propietario del restaurante Urregin, Yoseba Egaña, mientras atiende una llamada para acudir al local el mismo día. Por lo general, las llamadas recibidas han sido preguntando de forma explícita por los menús que preparan algunos establecimientos estos días. Aun así, los locales mantienen la carta habitual a disposición de los clientes pensando en aquellas familias que van con los más pequeños y quizá prefieran una comida o cena más sencilla. Algo que todos los restaurantes mantendrán vigente a lo largo de la semana festiva, especialmente aquellos locales que no han elaborado un menú especial para la fecha.

La antelación por conseguir una mesa en un restaurante, tan deseada durante la semana festiva, provoca anticiparse incluso a que los locales hagan oficiales los menús que ofertarán ni su precio. “A final de junio recibimos las primeras llamadas para reservar en estas fechas, incluso antes de publicar el menú”, cuenta Jurgi. También hay quienes una vez pasaron las fiestas navideñas, optaron por reservar una mesa para estas fechas. “Tenemos reservas para esta semana que la hicieron con seis o siete meses de antelación”, aclara Xavier Alonso, camarero del restaurante Markina.

“Muchas personas suelen esperar a última hora para hacer la reserva en el local”

Yoseba Egaña - Propietario del restaurante Urregin

Además de los clientes fijos que reservan con antelación, los hosteleros observan un perfil de comensales que varían según el día. Dependiendo de la jornada, hay un prototipo de público u otro. Entre semana son las familias las que más se dejan ver por los locales, mientras que los fines de semana, los grupos de amigos son los predominantes en las reservas. “Las comidas y cenas familiares buscan cierta tranquilidad a la hora de comer, algo que el fin de semana, con mayor trasiego de personas, no tienen”, argumenta Jurgi.

Durante el mes de agosto 103 establecimientos de la capital vizcaina han visto ampliadas sus terrazas, 72 lo hicieron desde el primer día del mes y las 31 restantes estarán disponibles con el inicio de Aste Nagusia. Por problemas de logística, algunos restaurantes no tienen la opción de ampliar sus limites y así, atraer a más clientes. El restaurante Yandiola, debido a su ubicación, no podrá ampliar sus fronteras. “Estamos en el interior del Azkuna Zentroa”, cuenta Ricardo Pérez. El propietario de Ondori Botxo argumenta su imposibilidad por poder ampliar las terrazas debido a lo que rodea su establecimiento. “No puedo poner terraza porque por un lado tengo una parada de autobús y por el otro una zona de carga y descarga”, sentencia su propietario.

“Tenemos reservas para esta semana que la hicieron con seis o siete meses de antelación”

Xavier Alonso - Camarero del restaurante Markina

Cancelación de reservas

Al recibir una reserva, los restaurantes de la villa solicitan a los proveedores la materia prima necesaria para satisfacer a los clientes. Por ello, una vez se llama a un local para apalabrar una comida o cena, de manera indirecta se adquiere cierta responsabilidad con el establecimiento, puesto que diariamente estos locales se aprovisionan para abastecer de alimentos frescos y de calidad a los comensales. “A partir de cierto número de comensales, pedimos una tarjeta”, asiente Yoseba Egaña. En la actualidad se está llevando a cabo una práctica bastante habitual que perjudica a los restaurantes, como es la cancelación de reservas a última hora. “Con la pandemia pensábamos que íbamos a ser mejores personas pero nada ha cambiado”, comenta Sergio Ortiz en relación a esta práctica.

“Con la pandemia pensábamos que íbamos a ser mejores personas, nada ha cambiado”

Sergio Ortiz de Zarate - Dueño del restaurante Zarate

Por ello los restaurantes optan por pedir una tarjeta de la cual realizarán un cobro mínimo en caso de que las personas que hayan reservado la mesa no acudan a la hora acordada ni den señales de vida. Aun así, hecha la ley, hecha la trampa. Yoseba Egaña reporta que hay que tener cuidado con las tarjetas que entregan los clientes. “Ya nos hemos encontrado alguna tarjeta que no tiene fondos”, sentencia Yoseba tras haberse quedado en más de alguna ocasión sin el dinero mínimo que cobra por la ausencia de los comensales que es de diez euros por persona.

Una práctica que por el momento algunos restaurantes no han adaptado, como el Zarate y el Ondori Botxo, quienes ya han tenido algún problema del estilo, por el momento optan por no pedir tarjetas aunque sentencian que aquellos que actúen de esta manera se considera “una falta de respeto absoluta hacia los hosteleros que día a día se esfuerzas para ofrecer la mejor calidad y el mejor servicio al cliente”. Depende de cómo se desarrollen las fiestas no descartan instalar la medida que sus compañeros han implantado en otros locales y solicitar un número de tarjeta a la hora de hacer la reserva.