ADMIRADA y admirable estudiante bilbaina: Le escribo para felicitarla no solo por sus cuatro dieces y su 9,5 en selectividad -o EBAU, como le dicen ahora- sino por el modo en que ha contado en Twitter cómo fue haciendo frente a las mil y una entrevistas que se le vinieron encima cuando trascendieron sus excelentes notas. Leyendo su relato, he sonreído, me he carcajeado, he reflexionado y, en la parte más egoísta, me he sentido gratificado como periodista. Se aprecia de verdad el cariño con el que describe a cada uno de mis compañeros y compañeras que le hicieron los distintos reportajes. De propina, se percibe su propia gratitud por la atención mediática no esperada. Le deseo de corazón que le vaya muy bien en la próxima etapa académica.