El hurón se ha convertido de un tiempo a esta parte en el tercer animal de compañía favorito en España, solo por debajo, de los perros y los gatos. Sin embargo, aunque en algunos sitios se vea como algo exótico, no es una moda reciente. Se cree que los egipcios ya los tenían como animales domésticos hace casi 3.000 años aunque sin el aura de divinidad de los gatos.

En tiempos más recientes, en Estados Unidos la afición por incluir un hurón en la familia lleva ya muchas décadas. Aunque también es cierto que aquí, en el mundo rural se han usado hurones para el control de los roedores y, especialmente, para la caza de conejos.

Ahora llegan a los hogares urbanos. Y lo hacen para quedarse.

¿Cómo son los hurones?

Pero, ¿el hurón llegar a ser una mascota? Para saberlo hay que conocer sus principales características

El hurón (Mustela putorius furo) pertenece a la familia de los mustélidos, por lo que no solo está emparentado con los tejones, las nutrias, los visones o las martas, entre otros, sino que es una subespecie del turón (Mustela putorius

Físicamente son alargados (entre 30 y 40 centímetros) con patas y cola cortas, orejas redondeadas y su peso suele oscilar entre el kilo y los dos kilos y medio. Gracias a los cuidados que se les da en casa, pueden alcanzar los ocho o diez años de vida. Son rápidos, además de muy ágiles y flexibles.

Los expertos consideran que tienen lo mejor de los perros y los gatos: son curiosos y limpios como los felinos, sociables y simpáticos como los canes y, además, hipoalergénicos, lo que les convierte en una maravillosa alternativa para las personas con alergia al pelo de las mascotas.

Su curiosidad tiene mucho que ver con la búsqueda de comida, o sea que olerá y mordisqueará lo que le llame la atención.

Ya hemos dicho que los hurones son cazadores, por lo que son carnívoros estrictos aunque no demasiado voraces. Necesitan mucha proteína, especialmente de pollo, ternera o pavo y no desdeñan el conejo. Ya se puede encontrar pienso específico, pero algunos para gato de alta calidad también pueden utilizarse.

Buen carácter social

Los hurones pueden considerarse excelentes animales de compañía por varias razones. Son tremendamente sociables, se llevan bien con los miembros de la propia especie, con los perros y gatos y, por supuesto, con los humanos. Pero no debemos olvidar que cada ejemplar es único y puede desarrollar su propio genio, bueno o malo, como las personas.

En principio son una excelente compañía para los más pequeños de la casa, de hecho, se han empezado a utilizar en terapia con niños con trastornos de espectro autista. Aunque hay que tener muy en cuenta la edad del pequeño humano y la forma de relacionarse con el mundo de los hurones, que no son las mismas que las de los perros y gatos para que no haya conflictos ni lágrimas.

No debemos olvidar que son mustélidos, por lo que sus instintos son los de un cazador del bosque notablemente eficaz pero que también tiene que protegere de otros depredadores. Esto hace que el verse abrazados y perseguidos pueda ser malinterpretado y dispare su instinto defensivo.

Son juguetones y muy inteligentes: pueden aprender su nombre, responder a la llamada de su dueño, mantenerse quieto sobre sus hombros, adaptarse a salir a pasear con correa e, incluso, la capacidad de abrir puertas (y ojo con esto que puede convertirse en un arma de doble filo).

Hay que dedicarles tiempo, pero ojo, que duermen una media de entre 16 y 18 horas al día. Es más que conveniente respetar sus ritmos, estar con ellos en su momento de actividad, que coincide con la de la caída de la tarde y primeras horas de la noche. A la vuelta del trabajo o de los quehaceres vespertinos es cuando se les puede dar todos los mimos que buscan , el adiestramiento y los juegos que necesitan. Se les puede dejar sueltos por casa, pero deben tener su rincón al que volver para descansar, comer y lavarse.

Cuidados veterinarios y limpieza

De entrada, debe estar registrado con su correspondiente chip identificativo. Como a cualquier otra mascota o animal de compañía, se le deben aplicar los tratamientos desparasitadores habituales, así como o las vacunas necesarias, en especial la de la rabia y la del moquillo canino. Esta última casi mortal de necesidad si la contraen. Las estadística calcula que solo la supera un 5% de los que la contraen.

Los hurones son animales muy limpios pero poseen un olor a almizcle muy característico y que en algunos ejemplares puede ser muy intenso. No se puede eliminar pero sí paliar.

Se suelen lavar ellos solos, pero no está de más bañarlos con algún producto específico. Eso sí no más de una vez al mes para evitar problemas dermatológicos. Sí se les puede dar un repaso a las orejas una vez a la semana y cepillarles el pelo con asiduidad.

Sí es básico limpiar su jaula mínimo día sí día no para evitar la acumulación de heces y orines en su dormitorio. Ellos se lavan, pero a su entorno no le dan tanta importancia, no son gatos.

Volviendo al tema del olor almizcle, durante mucho tiempo se creyó que provenía de unas glándulas anales, por lo que la solución era extirparlas. Pero no solucionaba el tema por la sencilla razón de que ese olor proviene de otras glándulas que se encuentran debajo de la piel de la cara.