Los colores son un aspecto a tener en cuenta en nuestro día a día, ya que de ellos puede depender en buena parte nuestro estado de ánimo.

Ver unas tonalidades u otras en nuestro entorno y durante nuestra actividad diaria puede hacer que tengamos una actitud más positiva o, por el contrario, que tendamos a emociones más negativas.

Los tonos en los que tenemos pintada la casa, el color de los muebles, cuadros o adornos, los colores de la ropa que puebla nuestros armarios, la iluminación... tiene que ser elegido con esmero, ya que todo puede influir en nuestras emociones.

¿Alguna vez te has preguntado por qué unos días te apetece ponerte ropa de colores vivos, mientras que otras no sales del gris o del negro? O incluso, si tienes hijos pequeños, ¿no te ha pasado más de una vez que les has vestido con prendas del mismo color que las tuyas?

La explicación al por qué de este impacto de los colores en la forma en que nos sentimos hay que buscarla en la ciencia: los colores llegan a nuestra retina en forma de longitudes de onda que se convierten en impulsos eléctricos y llegan al sistema nervioso, concretamente al hipotálamo, centro rector de los procesos hormonales y endocrinos.

Estas señales pasan luego por el prisma de nuestra subjetividad y desencadenan los distintos estados de ánimo en nuestro organismo: tristeza, alegría, excitación, rabia, etc.

Los colores se pueden englobar principalmente en dos tipos: cálidos y fríos. Los primeros (rojo, amarillo y naranja) pueden producir en nosotros desde confort hasta irritabilidad, mientras que los segundos (azul, verde y morado) nos hacen sentir en calma, pero también nos pueden provocar tristeza o indiferencia.

Los colores tienen unas propiedades universales que afectan al estado de ánimo de las personas. Son:

- Rojo. Es el color del amor. Anima nuestros sentidos, es intenso, emocional y pasional. Es símbolo de energía, poder, fuerza y excitación. También tiene una parte negativa al asociarlo con la agresividad o el miedo y relacionarlo con la sangre o el fuego.

- Azul. Es el color de la sabiduría, la tranquilidad, la calma y la armonía al estar relacionado con el mar o el cielo. Relaja la mente y reduce los síntomas de estrés y ansiedad. Se estudia su efecto sobre el ritmo cardíaco. Se asocia también con la tristeza y la frialdad.

- Verde. Es el color de la esperanza. Son los tonos más relajantes y transportan nuestra mente hacia la naturaleza. Estabilizan las emociones, provocan equilibrio y armonía, pero también aburrimiento. Si es amarillento, se asocia con la enfermedad, la envidia y con sensaciones desagradables. Si es chillón, despierta envidia o rabia. Los venenos se reflejan con este color.

- Amarillo. Es el color del sol, el calor y la luz. Relacionado con la confianza, la seguridad, el optimismo, la creatividad, la intuición, la abundancia y el éxito. Potencia la concentración y transmite mucha energía. En lo negativo, se le relaciona con la depresión y el suicidio.

- Morado. Es el color espiritual. Simboliza la verdad, la autenticidad, el poder y la ambición. También está relacionado con el misterio, el romance y la unión femenina. El violeta tamabién simbolliza introversión y decadencia.

- Naranja. Es el color de la sensualidad y la abundancia. También de la inmadurez y la frivolidad. Es el color del éxito y se asocia con la ambición. Cuando se combina con otros colores, como por ejemplo el azul, transmite calma, serenidad y armonía.

- Blanco. Es el color de la luz y el bienestar emocional. Se asocia con los buenos actos y con la perfección. En la antigüedad, significaba soberbia y pureza.

- Rosa. Es un color poco común en la naturaleza. Lo relacionamos con la amistad, el romance y con el amor en general. El rosa interacciona con el sentido del gusto y lo asociamos con el sabor dulce.

- Negro. Es el color del luto, el aislamiento y la soledad. Lo asociamos con acontecimientos tristes de pérdida y duelo, con las enfermedades, el peligro y la muerte.

- Marrón. Es el color de la suciedad, de lo impuro. Transmite sentimientos comunes sin manifestar riesgos, vitalidad ni problemas. Pese a ser el color de la tierra, que podría asociarse con tranquilidad, normalmente implica sentimientos negativos o tristes.

- Gris. Es el color del cansancio, la desmotivación y lo mediocre. Es un color sin vida y que refleja poca luz. Se asocia con el lujo, la abundancia y la plata cuando tiene tonos brillantes.