Bilbao - Durante los últimos meses le hemos vistos asumir personajes con perfiles contrapuestos. Nunca es el héroe romántico y sí puede ser el villano de Gigantes o el padre desesperado y al límite en Perdida.

Si tuviéramos que decir que un actor es imprescindible, ese sería usted, Daniel.

-Ja, ja ja€ A veces coinciden en el tiempo. Llevo una buena racha. No me estás llamando pesado, ¿no?

Por supuesto que no. 'Gigantes', 'Promesas de arena', 'Perdida', 'HIT'€

-Estoy teniendo proyectos interesantes, diferentes.

¿Cómo es Antonio Santos?

-Es un personaje increíble para interpretar. A mí me gusta abordarlo desde el punto de vista de un tipo normal al que le pasan cosas excepcionales. Me gustaba la idea de contar a alguien con el que muchas personas se van a sentir identificadas.

La situación es muy extrema.

-Que cualquiera se ponga en el drama de perder a un hijo y la posible pista para poder encontrarlo. Esa situación extrema es la pérdida del hijo, lo que le lleva a hacer lo que hace€ Sobrevivir a todas las pruebas es lo que le va fortaleciendo.

¿El fin justifica los medios?

-En este caso, sí. Qué no sería uno capaz de hacer por recuperar a un hijo. Vamos a ir descubriendo a lo largo de la serie que no todo es tan kamikaze como parece, pero es cierto que en esa búsqueda se juega la vida. Se mete en la boca del lobo.

Una pista que lleva diez años después de que su hija de cinco años desapareciera.

-Sí, pero al él esa pista le llega cuando no tiene mucho que perder. Se ve abocado a seguir esa posibilidad.

Antes hablaba de proyectos diferentes entre sí. Sus personajes no se parecen en nada unos a otros. Trabaja sin encasillarse.

-Es lo que intento, elegir proyectos que sean muy diferentes y, sobre todo, personajes que sean muy distintos, incluso de aspecto. Para mí es lo interesante de esta profesión, no hacer de mí. Intento aprender de ellos y bucear dentro para ver qué me pueden ofrecer. No los juzgo, sean buenos, malos o regulares.

Todo se juzga, tiene que ser difícil no hacerlo con los personajes.

-Siempre parto de esa premisa y cuando a veces me cuesta no juzgar, el reto es mayor. Es cierto que a veces me tocan personajes muy complejos o muy alejados de mis valores. Me resulta interesante plantearme una investigación dentro de ellos, intento entenderlos, no juzgarlos y crearme prejuicios. Según voy abordando más personajes, menos certezas tengo. Ese acercamiento me permite adoptar más tarde posicionamientos menos radicales.

¿Se siente identificado con algún personaje? Supongo que le han tocado muchos antagonistas.

-Por mucho que te toque contar historias muy diferentes a las tuyas, al final el instrumento eres tú mismo. Buceo en mis registros, en mis propias experiencias o, simplemente, tiro de imaginación. Vivo las interpretaciones como un ecualizador: qué de mí le puedo dar a este y qué de mí no interesa que le dé.

¿Puede dar miedo un personaje?

-Sí, claro que te puede asustar por un tema o por otro. Puede que sea un personaje muy complejo de abordar por distintas cuestiones. Que un personaje me dé miedo puede ser decisivo a la hora de decidir si lo hago o no. Esos miedos y esas complejidades se me plantean como un reto, cuando me encuentro en ese estado, sé que acabaré haciendo el personaje lo tema o no.

Así que nunca dice que no.

-Sí, alguna vez. Pero es más por falta de tiempo que por el personaje. Los retos son interesantes por mucho que puedan asustarte.

¿Existen personajes que le tocan más sus fibras sensibles?

-Sí. Todos tenemos corazón y todos tenemos espacios en nuestras vidas que son muy sensibles a determinados temas. Muchos personajes se han metido dentro de mí. Antonio Santos, el que veréis esta semana, es uno de ellos. Hay coincidencias.

¿Por ejemplo?

-Irte cuatro meses fuera de tu casa a trabajar. Ese hecho le da mucha intensidad. Quieras que no, estás las 24 horas del día en contacto con un personaje que también está fuera de su lugar. Estás con compañeros, algunos no conocidos, estás al otro lado del charco. Por eso te digo que hay cierto paralelismo entre lo que vive mi personaje y lo que vivo yo.

¿Una desaparición es el límite?

-Es el tema protagonista de la serie. En el tema paternal era imposible no poner mis propias vivencias como padre. Eso es lo que hace que el personaje de Antonio Santos sea muy personal. Y como colofón, sin entrar en detalles, años atrás y no en primera persona, el mundo de la prisión lo tuve cerca; de alguna manera lo conocí. Hacer de Antonio Santos, era una invitación a conocerlo en primera persona.

¿Qué otros proyectos tiene además de 'HIT'?

-Justo cuando terminé Perdida, hice una película que se llama El año de la furia, que cuenta los inicios en la dictadura de Uruguay. Mi personaje tiene un conflicto importante, es un torturador. Ese conflicto está motivado por lo que se supone que tiene que hacer y lo que le está pasando a él. Además, nada más volver de Colombia donde había hecho Perdida, volví a cruzar el charco para ir a Uruguay. Después de haber acabado esta película, he empezado HIT para Televisión Española y en eso estaremos hasta finales de abril.

Lleva una época viajera, además de 'Perdida' y 'El año de la furia', también ha tenido que viajar con la serie que hemos visto en La 1 'Promesas de arena'.

-2019 ha sido un año excepcional en ese sentido. Siempre me ha tocado dormir en casa. Habitualmente trabajo en Madrid durante todo el año, menos el pasado. Es cierto, he viajado mucho y han sido muy buenas experiencias€

¿Pero?

-Echas de menos a los tuyos porque las estancias son largas. Incluso algunas propuestas que no pude aceptar por falta de tiempo eran para haberlas hecho fuera, aparecieron proyectos en México, Chile€ Hasta llegar HIT que me deja en Madrid hasta finales de abril todo ha sido fuera.

'HIT', al menos basándonos en lo que ha pasado de información TVE, parece una serie muy especial y comprometida.

-Sí. Con HIT estoy muy sorprendido por lo atrevidos que están siendo los guiones. Sobre todo, teniendo en cuenta que es Televisión Española.

No tendría que sorprender que fuera una cadena pública, ¿no le parece?

-Quizá es por la falta de costumbre. No siempre te encuentras con una historia de este tipo. Estoy encantado. Esta historia es para TVE, no para una plataforma que arriesga más y de otra forma. Es un guion valiente que fluye a través de mi personaje, un personaje muy controvertido, es un profesor que tiene una mirada diferente. En esta serie se pone en duda el sistema educativo. Quizá, podríamos decir que pone en duda todo. Da pie a hablar sin tapujos de las drogas, de la pornografía, de la sexualidad en los jóvenes, autolesiones, abusos sexuales€ Aparecen temas muy delicados y están abordados con valentía, sin tapujos de ningún tipo y sin pelos en la lengua. Hay veces que la profesión te sorprende con trabajos estupendos y todos seguidos, esta temporada está siendo una de ellas.

Lleva años en la profesión como para sorprenderse, ¿no?

-Más o menos llevo 14 años, pero me sigo sorprendiendo.

¿Nunca se ha arrepentido de haber elegido una profesión tan inquieta como insegura?

-Para nada. Ser actor da sentido a mi vida. Dices que es insegura, pero hoy en día qué profesión no resulta inquieta e insegura. ¿La tuya?

Le aseguro que el periodismo tampoco es una profesión segura.

-Lo sé. Estamos en un momento en que eso del trabajo seguro no sé si existe. Pero, al final, cada uno, siempre que pueda, tiene que ir hacia sus prioridades. Dedicarte a lo que te apasiona es gran parte de la felicidad de esta vida.