nI Google, ni Facebook, ni Amazon, quien manda en Internet es la publicidad. Cuando empezamos a crear los primeros servicios y páginas de Internet, no sabíamos cuál iba a ser el modelo de negocio sobre el que se podían soportar todas esas herramientas y utilidades que de forma gratuita dejábamos a disposición de los usuarios de la red, que en aquel momento llamábamos el CiberDespacio, haciendo alusión a lo que se tardaba en cargar una página. Parecía imposible que algún día pudiéramos ver videos en directo o consultar nuestra agenda en el monte más remoto y perdido del mundo. Todo el mundo hablaba de la imposibilidad de que el modelo de publicidad dentro de Internet pudiera soportar los negocios y que a la larga todo acabaría siendo de pago. Pero la publicidad se ha consolidado como el principal negocio de la red y es el generador de los millones y millones de ventas que se mueven cada año a través del comercio electrónico. Aunque hay muchas compañías que saben crear anuncios maravillosos, poco a poco se ha ido creando una forma de anunciarse que se ha empezado a denominar como basura.
Este tipo de publicidad la puedes encontrar en cualquier página o aplicación que estés utilizando. Son esas cajas molestas, que no hay forma de cerrar ya que camuflan dentro del propio anuncio varios símbolos X y al final acabas en no se sabe qué página de un producto que no tiene ningún interés para ti. La fusión de las dos mayores compañías de este tipo de publicidad, Taboola y Outbrain, va a crear una macro agencia que no sé si va a servir para beneficiar a los usuarios. En sus orígenes en Israel, aunque en la actualidad operan desde Nueva York, estas dos compañías tenían en sus ideales, “hacer una nueva forma de publicidad, basada en los gustos de los consumidores... de una forma no invasiva”. Pero la triste realidad es que en muchas páginas web de prestigio se acaban metiendo estas chumbox con anuncios de muy baja calidad, con servicios que no necesitas o con información sobre un producto que has comprado hace tiempo y que te sigue persiguiendo navegues por donde navegues. Lo que me resulta más dañino es el clickbait, esos titulares sensacionalistas que te dejan intrigado y que solo quieren conseguir clicks a toda costa. “Pulsa aquí si no quieres perder el registro de tu dominio”. Y al llegar a esa web solo nos encontramos con un proveedor más que intenta vendernos algunos de sus proyectos.
Los usuarios de Internet se han visto obligados a instalar los llamados bloqueadores de anuncios, extensiones de los navegadores que se instalan y hacen que desaparezcan estas molestas páginas o dejan en blanco los huecos donde debería aparecer la publicidad. Pero los principales perjudicados de estos bloqueadores acaban siendo los reyes de los ingresos de la publicidad, como Google. Durante todo este año han estado sacando noticias sobre los peligros de tener instaladas este tipo de aplicaciones en nuestros navegadores, ya que son programas externos que dependen de la confianza que tengamos en que de verdad van a bloquear los anuncios y no van a dejar pasar a aquellos que les paguen por ello. De todas formas, te puedo asegurar que Google o Facebook están recogiendo la información de cuáles son los anuncios que estamos bloqueando, lo que le va a permitir usar esta información en beneficio de sus propias plataformas de anuncios, lo que puede afectar a los precios que se pagan por insertar anuncios en el buscador.
@juandelaherran