LA producción del oro blanco, como se conoce a la sal en el Valle Salado de Añana, encierra secretos que se ponen al descubierto in situ. ¿Te imaginas llenando las eras de salmuera manejando el trabuquete, revolviendo el agua salada con los rodillos, recogiendo la sal en los cestos, entrojándola o depositándola en los almacenes...? Son algunas de las experiencias que se pueden vivir aprendiendo los entresijos del oficio de salinero en una instalación única en el mundo que lleva produciendo sal 7.000 años ininterrumpidamente. Asimismo, en una zona de las salinas especialmente habilitada, de la mano de un guía se conocerán los diferentes métodos que se han empleado para producir la sal de Añana a lo largo de la historia.
Quienes participen de esta aventura salada podrán sentir el contacto de la salmuera metiendo los pies descalzos en las eras o manejar las sencillas pero útiles herramientas empleadas por los salineros. Finalmente, para terminar, se llevarán a casa su propia sal. De esta forma, grandes y pequeños, en familia o con amigos, se convertirán en los verdaderos protagonistas de las salinas por un día, de forma lúdica y divertida.
En los meses de julio y agosto, el taller salinero puede realizarse de lunes a domingo, por la mañana, a las 11 horas, o por la tarde, a las 17.00 horas. Y ya en septiembre, de viernes a domingo. Eso sí, al ser una actividad al aire libre está sujeta a las condiciones meteorológicas, que obligarán a suspenderlo en caso de tormenta eléctrica, por ejemplo.
La experiencia de ser salinero por un día tiene una duración de una hora y es necesario reservar, por teléfono (945 35 11 11) o bien on line (https://www.vallesalado.eus). La primera reserva elige el idioma, en castellano, euskera o inglés. En cuanto al pago, puede hacerse on line o en el propio centro, salvo en el caso de reservas de grupos, que han de pagarse on line o por transferencia bancaria.
Esta actividad de turismo experiencial cuesta siete euros para los adultos y seis por persona para grupos de más de 10 miembros. Tienen precio reducido de 5 euros los estudiantes, jubilados, desempleados y personas con discapacidad. Los niños pagan cuatro euros y deben ir acompañados de un adulto. Sin más, basta con acudir con 15 minutos de antelación al Centro de Visitantes del Valle Salado.
Spa salino Si el taller de salinero sabe a poco, la experiencia puede completarse en el spa salino, uno de los espacios más singulares del Valle Salado. En sus instalaciones al aire libre, compuestas de un pediluvio y un maniluvio, se pueden sumergir los pies y las manos en salmuera rememorando los baños que tomaban los antiguos salineros cuando producían la sal. Si bien el pediluvio no es una piscina, por lo que está prohibido sumergir todo el cuerpo y el uso de bañador. Hay que mantener el torso cubierto.
Allí se experimentarán los grandes beneficios para la salud del contacto controlado con las aguas hipersalinas de los manantiales del valle, cuya salinidad ronda los 240 gramos de sal por litro. Según han demostrado estudios científicos, los baños de salmuera mejoran la circulación sanguínea y la elasticidad de los tejidos, la remineralización de la piel y la reducción de las posibilidades de desarrollar artrosis. También están especialmente indicados para enfermedades inflamatorias de las articulaciones y tendinitis, la recuperación de postcirugías y postfracturas, y los problemas de eczemas y alergias.
Entre abril y octubre, el spa salino permanece abierto de 10.00 a 14.30 horas y de 16.00 a 19.30 horas. Su uso está incluido de forma gratuita con el pago de cualquier visita guiada al Valle Salado, que se puede combinar con el taller salinero.
Si no se realiza visita habrá que abonar dos euros en el caso de los adultos y acceden gratis los jubilados y los niños de hasta 12 años incluidos, a los que debe acompañar siempre un adulto. En este caso, la entrada se recogerá en el Centro de Visitantes del Valle Salado. No se precisa cita previa.