zUIA se encuentra en los más alto del pódium mundial de las canteras moleras, seguido de otros dos municipios de Gorbeia: Zigoitia y Orozko. En el casi centenar de explotaciones de Zuia, nuestros antepasados extraían la piedra que luego se convertía en piedras de molino y, por tanto, tenían una importancia vital en la alimentación de los vascos.

El etnógrafo Javier Castro, miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha encontrado y catalogado 92 explotaciones y 330 muelas (piedras de molino), la mayoría en Zuia. Hoy, ofrece una conferencia en Murgia, impulsada por el Ayuntamiento, en la que informará de sus investigaciones sobre las canteras moleras.

Eran canchales o derrubios donde nuestros antepasados localizaban lajas de piedra arenisca de las que sacaban lonchas en rodajas, “como si fueran un salchichón gigante”, dice. Con ellas esculpían las muelas, piezas de unos 900 kilos de peso que los canteros vendían a los molinos situados en los fondos de los valles. En ellos se molía el trigo para hacer pan, alimento básico en la historia de la humanidad.

Es un aspecto desconocido del parque que permitirá rescatar “un oficio antiguo y olvidado”. Castro informará sobre estas explotaciones, la mayoría “cubiertas de musgo y vegetación, en admirables parajes”, y sobre su ubicación, “olvidadas en barrancos”, para que puedan ser visitadas.

Y se puede aprovechar el fin de semana para recorrer el valle de Zuia, situado entre Araba y Bizkaia. En la zona se mantienen magníficos hayedos y un extenso marojal. Conviene recorrer las peñas de Oro/Atxabal, que ofrecen bellas panorámicas y el Santuario de Nuestra Señora de Oro. En la zona se pueden visitar también el menhir de Arlobi, el Museo de la Miel, y seguir la ruta Jugatxi, que adentrará al visitante en un bosque muy bien conservado.