Caprichos extravagantes: “Forrar el suelo con pétalos de rosa”
Los turistas de lujo piden caprichos extravagantes o pasar Un día junto a cocineros como Berasategui o Arzak
PASAR un día con los mejores cocineros españoles reconocidos con estrellas Michelin, visitas privadas al Museo del Prado y a la Sagrada Familia o eventos en palacetes, constituyen algunas de las actividades preferidas por los turistas de alto poder adquisitivo que visitan el Estado español.
Una empresa valenciana dedicada desde hace cinco años al segmento de viajes de lujo destaca que el turista de lujo valora el arte y las experiencias, y solo el 1% de ellos busca Ibiza y fiesta, sobre todo en verano. Este turista es capaz de dar una propina de 15.000 euros en una discoteca, según desvela el director de ventas de la empresa, Ignacio Latorre.
La alta capacidad adquisitiva de estos visitantes les permite pedir y obtener caprichos, como forrar con pétalos de rosa el suelo que pisan, como fue el caso de una familia árabe. Porque el turista árabe “gasta mucho, come en los mejores restaurantes y le gusta lo mejor de lo mejor”, según Latorre.
Los árabes son los turistas de lujo que más gastan: en lujosos yates, en villas y hasta en disponer de un cocinero de prestigio mundial que cocine para ellos en su alojamiento, todo ello valorado como “una experiencia bajo el lema de conocer el destino de la mano de los mejores”.
La empresa de Latorre, organizadora de este tipo de viajes, ha entrado recientemente en la llamada Champions League de las agencias de viaje, el exclusivo club Virtuoso, al que solo se accede mediante invitación y está integrado por 390 agencias especialistas en viajes de élite de cuarenta países de Norteamérica, el Caribe, Latinoamérica, Asia-Pacífico y Europa. En el Estado, solo esta firma y dos más de Madrid forman parte de Virtuoso.
Latorre recalca que el turismo de lujo “ha ganado muchas posiciones”, pero “no hace ruido”, aunque los turistas de estas características gastan “cuatro veces más”. Es cierto que a veces falta preparación porque hay dificultades para encontrar hoteles con helipuerto o guías especializados y con conocimientos perfectos del idioma del turista en temporada alta, y otros países como Italia “sí lo tienen”.
Solo ha habido una petición que la agencia valenciana no ha podido conseguir: una cena de gala solicitada por un banco español en el Palacio Real, donde tienen lugar las recepciones del rey. Precisamente son los clientes corporativos (entidades financieras, bufetes de abogados, auditoras, empresas de cosmética o farmacéuticas) quienes traen a sus mejores clientes para ofrecerles “lo mejor” del país, con el objetivo de fidelizarlos.
Para ellos, una clase magistral con Martín Berasategui, Arzak, Ramón Freixa u Oriol Rovira, pasar un día con ellos acompañándoles al mercado a comprar o a recoger trufas es una experiencia a la que dan un gran valor, así como disputar un partido de tenis con grandes profesionales o visitar una ganadería con toreros de renombre.