bilbao - La Fundación Escuela de Ingenieros de Bilbao ha querido premiar la trayectoria de Fernando Capelastegui, un pozo sin fondo de experiencia empresarial que, fiel a su veneración por los maestros, no ha dudado en ayudar a jóvenes emprendedores tras jubilarse.
¿Qué ha supuesto para usted recibir el Premio Ingenia de la Fundación Escuela de Ingenieros?
-Para mí, que soy un hombre trabajador, de dentro de las fábricas y no de fuera, que desde fuera me reconozcan que he tenido una buena trayectoria profesional es un orgullo. Mi vida laboral ha sido dentro de la fábrica, con mis trabajadores. Yo podía haber ido a organismos del entorno, pero a mí me gustaba ir a la fábrica a la mañana, a la tarde y a la noche.
¿Siguen siendo los ingenieros de Bilbao una referencia?
-Sí. Éramos los segundos porque tenía importancia la escuela de Madrid, pero siempre éramos mucho mejores que la escuela de ingenieros de Barcelona. Yo no comprendo, por ejemplo, cómo han hecho una escuela de ingenieros en Santander. ¿De dónde sacan profesores? Aquí los profesores eran todos de categoría. Se tomaban en serio lo de ser profesores. Luego casi todos trabajaban en la industria. Te daban clase, te examinaban? y para mí te explicaban todo muy bien. Yo, que hice todo el bachiller en Durango con un maestro, vine a Bilbao y me encontré La Casilla con unos señores hechos y derechos que te explicaban muchas cosas nuevas. A mí me encantaba estudiar, era algo que me inculcó mi padre.
Usted, de la mano de Secot, es la prueba de que hay mucho trabajo por hacer después de la jubilación.
-¡Hombre! Cuando acabé mi itinerario trabajé por libre ofreciendo mis conocimientos. Vi que había un campo inmenso para trabajar. Ahora se comprueba que lo que más trabajo da ahora no son las grandes fábricas, son los emprendedores. Después entré en Secot y trabajábamos asesorando a chavales que tenían proyectos emprendedores. Nosotros queríamos ser útiles para la sociedad. Yo, por ejemplo, les explicaba el sistema organizativo de las empresas y lo referente a las relaciones humanas, que todo el mundo estaba equivocado y es la base de una empresa.
¿Qué grandes proyectos ve necesarios en nuestro entorno?
-Yo creo que ahora las cosas se hacen bien. Veo importante acabar el AVE. Aunque digan que no es necesario, que ya está Euskotren, que hace ruido y que quita las vistas de Anboto. Hay que terminarlo. Después habrá que saber equilibrar el puerto. Y un tema muy importante es la contaminación de aguas. Estamos en un paraíso y lo estamos llenando de suciedad. Cuando empezamos hace muchos años en Etxebarri no teníamos depuradora de aguas. Luego nos dimos cuenta de que aquello era un sacrilegio y pusimos unas depuradoras adecuadas. Y hay más cosas por mejorar. Creo que ese sentido de vasco, lo de la boina y todo eso, está ya sobrepasado. Lo que hay que tener es cultura y pensar en la seguridad. Con cultura y seguridad se pueden hacer cantidad de cosas.
Exconsejero de Altos Hornos, premio ingenia 2016