En vísperas del verano, Alfa Romeo lanzó oficialmente al mercado el Giulia, su enésimo intento por recuperar notoriedad en el estamento Premium. Ahora que comienza el nuevo curso, y aprovechando que los concesionarios ya disponen de unidades del modelo, la marca italiana insiste en cautivar a la facción del público más entusiasta, exigente y a menudo entendida. El Giulia quiere fascinar con una silueta esbelta, coherente con el estilo de la casa, y pretende conmover con modales temperamentales. Por medio de ese cóctel aspira a competir con berlinas de similar talla pero mayor renombre como el Passat, el A4, la Clase C y la Serie 3. Alfa propone mecánicas diésel de 136, 150 y 180 CV, además de solventes gasolina con 200 y 510 CV. La horquilla de precio arranca oficialmente en 33.150 euros, cantidad que aplicando todos los descuentos posibles queda en 29.900, y culmina en 86.600.
El Giulia no lo tiene fácil. Sus abundantes cualidades, que comienzan en el plano de la estética y no descuidan el de la tecnología, apenas establecen diferencias en un segmento comercial en el que proliferan los productos de calidad. Bien es cierto que su objetivo inicial no es erigirse en uno de los superventas de la categoría, sino echar raíces e ir consolidando su club de fans.
Además, la nueva propuesta ha de contribuir a la lenta remontada que protagoniza la marca del ‘biscione’ y la cruz milanesa. Alfa progresa, pero lo hace con parsimonia. Demasiada para los anhelos de sus propietarios y de sus incondicionales. En un mercado que ya ha moderado su crecimiento y sube un 11,22% hasta agosto, el avance de la italiana, que viene desde muy abajo, se queda en el 6,64%. La explicación a esa lentitud se encuentra en lo escueto de su repertorio.
El grueso de los pedidos se concentra en el Giulietta, que polariza 1.600 de las poco más de 2.000 unidades vendidas desde enero. La flamante berlina recién llegada, que ya supera los trescientos ejemplares matriculados desde su estreno en primavera, se convierte en el segundo producto en importancia, aventajando a un MiTo en trance de renovación.
Silueta y temperamento son sus señas de identidad del Giulia. Un discurso estético semejante al empleado en el Giulietta sirve para esculpir este sedan estilizado, señorial y relativamente corpulento. El debutante necesita 4,64 metros para aparcar, ocupa 2 de ancho y eleva su techo hasta 1,44 metros. Sus diseñadores han optado por reducir los voladizos y aprovechar la eslora para ensanchar todo lo posible la separación de los ejes (2,82 metros).
De esta holgura se benefician las piernas de los ocupantes, quienes además disfrutan de una altura y una anchura correctas; a la espaciosa cabina, el modelo añade en la zaga un hueco de carga satisfactorio (480 litros).La única pega a esta buena habitabilidad se deriva de la presencia de un aparatoso túnel de transmisión que recorre longitudinalmente la cuidada cabina; es el peaje que reclama la propulsión trasera.
Alfa elige para todas las versiones del modelo esta configuración clásica, la más idónea cuando se trata de transferir la nutrida caballería de un deportivo. En este caso contribuye también a un más equitativo reparto de peso entre ejes, lo que redunda un mejor comportamiento dinámico.
El Giulia responde al carácter genuino de Alfa Romeo ofreciendo un tacto de conducción tan ágil como grato. Destaca por su sonoro desparpajo al acelerar, por la inmediatez de respuesta de la dirección y, en especial, por una impecable capacidad de frenada.
La gama convencional ofrece dos niveles de terminación. El inicial trae de fábrica unas dotaciones estimables: aviso de colisión frontal con freno autónomo de emergencia y reconocimiento de peatones, sistema de frenos integrado, alerta de abandono del carril, control de velocidad de crucero, llantas de aleación de 16 pulgadas, climatización bi-zona, Alfa DNA con selección de modos de conducción y el sistema de infoentretenimiento con pantalla de 6,5 pulgadas.
La terminación superior del Giulia agrega salida de escape doble, tapizado en piel y tela, sensores de parking traseros, llantas de aleación de 17 pulgadas y levas en el volante para las versiones con cambio automático.