MAPS to the Stars nos cuenta un drama familiar. Pero discurre en Hollywood, y esto lo cambia todo. En el guion de Bruce Wagner lo familiar no deja de ser anecdótico. El protagonismo recae en el variopinto universo de pobladores de la meca del cine, que vende sueños al mundo a través de sus películas y del glamuroso escaparate mediático desde el que se pavonea mientras esconde bajo su careta una repugnante putrefacción moral. Así al menos lo ven el guionista Bruce Wagner y David Cronenberg, su director. El canadiense ha dejado claro, no obstante, que lo que la película cuenta sirve para cualquier lugar, porque es un retrato sórdido de lo que ocultan la fama y el dinero, dos de los motores que mueven el mundo.
La familia Weiss está en el epicentro de la extraña galería de personajes de Maps to the Stars. La componen Sanford (John Cusack), un famoso terapeuta televisivo cuyo programa de autoayuda le ha reportado una larga lista de ricos y famosos clientes; su mujer Cristina (Olivia Williams), representante de estrellas, aunque su agenda en los últimos tiempos está completa solo con lo que le está costando reconducir la carrera de su hijo adolescente Benjie (Evan Bird, el niño de El sexto sentido), una precoz estrella de cine que acaba de salir de un tratamiento de desintoxicación; y su hija Agata (Mia Wasikowska), el personaje más desconcertante, recién llegada a la ciudad, sin que su familia esté al tanto, tras una estancia en un hospital psiquiátrico, donde fue recluida tras una extraño incendio en la casa familiar que le dejó secuelas físicas y mentales.
Jerome Fontana (Robert Pattinson) es un aspirante a estrella de cine que se gana la vida conduciendo limusinas y que se hace amigo de Agata al poco de llegar ésta a la ciudad. Completa el muestrario de personajes principales Havana (Julianne Moore, ganadora del Oscar a mejor actriz este año por Siempre Alice), estrella en decadencia y una de las pacientes de Sanford Weiss. Havana es incapaz de encarrilar ni su vida ni su carrera y vive obsesionada con su madre muerta, áctriz de éxito en su época. Agata se convierte en su asistente personal, cerrando el círculo de relaciones entre los personajes.
Semejante elenco de personajes sirven a Cronenberg para dibujar un caricaturesco mapa de las estrellas. La película se apropia para su título del nombre que recibe la guía turística que recorre los lugares más emblemáticos y las casas de las estrellas de Hollywood. Y la película no deja de ser un recorrido, pero por las vidas que se ocultan bajo la alfombra roja, en un retrato despiadado, perturbador y no exento de humor de estercolero. La trama, en la que se ven enredados todos los personajes, es truculenta, demencial y transcurre en una atmósfera malsana, tan del gusto de Cronenberg, empeñado a lo largo de su fimografía en retratar la decadencia de la sociedad.