bilbao - Aunque ha pasado el tiempo, para muchos Jordi Rebellón (Barcelona, 1957) sigue siendo el seco y, en ocasiones, tierno doctor Vilches de Hospital Central. El jueves estará pendiente de su nuevo personaje, pero hoy buscará la cadena que le ofrezca el partido de semifinal de Copa entre el Athletic y el Espanyol para animar a los suyos. Es rojiblanco hasta la médula. Dice que no es una contradicción. En su familia todos son del Athletic y tiene una explicación, él es nacido en Barcelona pero su padre era vasco. Sueña con una final entre el club rojiblanco y el Barça. Es realista, pero también rotundo, y dice “tenemos que hacer un partidazo como el del Nápoles. Se puede y hay que conseguirlo”. También confiesa que en abril publicará su primera novela: Yo quise ser Superman.
¿Cómo es su personaje?
-Se llama José Ignacio, es viudo, tiene una hija que se llama Luchi y es dueño de varios edificios.
¿Qué le relaciona con los Alcántara?
-Su hija vive en la puerta de enfrente de esta familia.
¿Había visto la serie?
-Algunos capítulos, no todos, sobre todo al principio, son muchos años los que lleva.
¿Se reconoce en ‘Cuéntame’?
-Me reconozco a mí y a personas de mi entorno: mis padres, mis abuelos, amigos. Soy de 1957 con lo cual hay épocas muy reconocibles para mí.
¿Dónde está el atractivo de la serie?
-Es blanca, no tiene entresijos, no hay asesinatos, ni intrigas; explica la historia de una época a través de una familia.
¿Con credibilidad?
-Para mí sí, incluso para los jóvenes que no han vivido esa época.
Ha estado también en ‘Amar es para siempre’. Le tocan las de época.
-Ja, ja, ja? Me faltan algunas. En Sin identidad también hemos revisado el pasado. Seguro que luego me cae una futurista.
No se puede quejar, acaba una serie y empieza otra.
-Cuando estuve 18 meses en paro nadie me dijo nada. Eso fue después de Hospital Central. Ha pasado pero yo lo sigo recordando.
¿Qué tal lleva esos parones?
-Cuando llegó, después de doce años en una serie, me venía bien un poco de parón. Pero cuando llevaba tres meses pensaba que ya había descansado; pasaron seis meses y empecé a ponerme nervioso; pasó un año y en ese punto piensas que no interesas.
¿Impaciente?
-Con año y medio de parón no es solo que estés impaciente, estás nervioso, aburrido y más. Aunque también es cierto que los actores tenemos que saber que esta profesión es así, hoy eres muy famoso y mañana no lo eres tanto. Hay veces que tienes mucho trabajo y luego llegan esos parones difíciles de soportar.
¿El teatro alivia estas paradas?
-Sí. Acabo de terminar una función ahora. Lo que pasa es que es un trabajo en el que no puedo empalmar una obra de teatro con otra, no soy un todoterreno.
¿Por qué?
-Necesito parar, desconectar y que el cuerpo me pida otra vez hacer teatro. Tiene que haber una obra que me apetezca hacer, que el personaje me enamore, que mis compañeros me encanten? Como puedes ver, soy un poco difícil en ese aspecto.
La seguridad la tenía en el banco que abandonó para trabajar como actor. ¿No la echa de menos?
-Y más aburrimiento también. Si hubiera seguido en el banco ahora estaría prejubilado seguramente. Y no, no la echo de menos. Me he acostumbrado a esta vida.
No es una mala opción, hay quien sueña con ese estado casi de gracia.
-Ja, ja, ja? Pues yo no, estaría medio muerto. Los actores somos creadores de personajes vivos y es lo que nos gusta. Yo hacía teatro desde los 15 años, antes de entrar en el banco. Evidentemente, todo lo que te da esta profesión no te lo da la seguridad de trabajar en un banco con un sueldo fijo todos los meses.
Se le sigue recordando como el doctor Vilches, algunos no conocen su nombre y sí el de este personaje.
-Fueron doce años de trabajo, doce años de aprendizaje diario y me dio la oportunidad de no tener que explicar a nadie quién soy. Quitarme de encima al doctor Vilches cuesta mucho, es un personaje muy potente y caló hondo en la audiencia.
¿Quiere quitárselo de encima?
No, tampoco es eso. Le tengo cariño, es parte de mi pasado.
Decían que Vilches era un impertinente, igual que el doctor House.
-Para nada. Vilches era un personaje con más matices, tenía un carácter fuerte. Vive muchos momentos que emocionan con los hijos, con los pacientes, con la enfermedad. El carácter que mostraba, escondía cómo era en el fondo.
Hablemos de fútbol.
-¿Del Athletic?
Por ejemplo, apeado de la UEFA.
-Es que esto nos pasa cada dos años más o menos. Después de una temporada fantástica, la siguiente, con los mismos jugadores exceptuando uno, nos va mal. Son cosas que me sorprenden pero que pasan en el Athletic. El éxito desde que se fundó es que no ha bajado a Segunda, como el Barça y el Madrid. Es mucho mérito teniendo en cuenta la filosofía de jugadores que tiene el club.
Partido de Copa ante el Espanyol, ¿cómo lo ve?
-Lo veo justito, peligroso, ojalá me equivoque. El Espanyol está haciendo una buena temporada. Para pasar, tenemos que hacer un partidazo de esos como el que hicimos contra el Nápoles. Ojalá mi equipo, el Athletic, juegue otra final con el Barça.
¿Cómo es Jordi Rebellón en el campo?
-Mantengo la calma, aunque viendo al Athletic también soy de los que me emociono, grito y, a veces, también me enfado, pero es mi equipo.
¿Algún otro proyecto?
-En abril publico un libro, mi primera novela. Se titula Yo quise ser Superman. Es una novela de ficción, de denuncia, y la única pretensión que tengo es que la gente lo pase bien.
¿Cómo le ha dado por escribir?
-He escrito cositas de cuando en cuando y esta vez me he lanzado. La empecé hace seis años, la retomé y se va a publicar. Se presentará en la Feria del Libro de Barcelona, en San Jordi, y también en la de Madrid.