LOS directores y guionistas franceses Olivier Nakache y Eric Toledano lograron hace tres años un gran éxito internacional con Intocable, que recaudó más de 425 millones de dólares en todo el mundo y se convirtió así en una de las películas francesas más vistas de todos los tiempos. Ahora, la pareja de realizadores vuelve a escena con una película sobre inmigración también protagonizada por Omar Sy.
El largometraje, a caballo entre el drama y la comedia, cuenta la historia de Samba y Alice. Samba (Omar Sy) es un emigrante sin papeles que llegó a Francia hace diez años desde Senegal y ha pasado por varios empleos humildes durante esta época. Alice (Charlotte Gainsbourg) es una alta ejecutiva que se ve obligada a dejar temporalmente el trabajo por estrés y trabaja como voluntaria en una asociación de ayuda al emigrante. Samba está dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr los papeles, mientras que Alice intenta recuperar su vida. Durante su recuperación, el destino los une y ambos se conocen.
Alice recomienda a Samba esconderse durante un año, tras haber recibido una obligación de abandonar territorio francés (OQTF), válida para doce meses. Durante ese tiempo, corre el riesgo de ser expulsado si es detenido y no puede solicitar el permiso de residencia. Su única opción es esperar siendo discreto, y debe pasar un año dedicado a esconderse, amenazado de expulsión en cada momento, a pesar de haber vivido diez años en Francia. Los únicos lugares en los que parecen sentirse libres Samba y su amigo brasileño Wilson (Tahar Rahim) son las alturas, ya sea en los tejados para escapar de la policía o en los andamios donde trabajan.
Sin dramatismos En Samba, la inmigración ilegal, la desigualdad y la explotación laboral se muestran de manera dura y sin tapujos, pero también de forma entretenida, equilibrando momentos desenfadados con sentimientos más profundos de los personajes. Los guionistas y realizadores Nakache y Toledano demuestran que, para reflejar la realidad, no es necesario caer en el dramatismo. Como señalan los directores del filme, Samba es “una especie de danza para solventar los peligros de la inmigración”.
La pareja de directores se atreve con temas muy candentes, sobre los que existe gran controversia en Francia. “Deseábamos abordar un tema de nuestra sociedad, realizar una fotografía de personajes y temas que nos llegan, nos tocan la fibra. Por eso retratamos a personajes que raramente están bajo la luz”, ha explicado Nakache. Para elaborar el guion, tomaron como punto de partida la novela Samba en Francia, de Delphine Coulin. La autora, que fue voluntaria en una asociación de ayuda a inmigrantes, se basó en su experiencia para escribir el libro y colaboró en la elaboración del guion de la película.
Samba critica con lucidez y también con humor la existencia de dos mundos paralelos en la sociedad francesa: el de los ilegales, que trabajan en los peores puestos, y el de los documentados, que llevan una vida privilegiada. Esa dicotomía se muestra desde la primera escena de la película, en la que Samba suda en la cocina lavando platos mientras otras personas disfrutan en la celebración de una boda. En otros momentos de la trama se representará también lo absurdo de las situaciones administrativas en las que los inmigrantes se encuentran atrapados.
Además de la crítica social, la película contiene una historia romántica. Aunque debe superar numerosas dificultades, Samba también descubre en Francia el verdadero significado de la solidaridad, la amistad y el amor. Junto a Alice, los dos personajes son dos extraños cuyos caminos se cruzan y ponen rumbo a la felicidad.