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“Reflexiono los temas con calma, aunque en la forma les eche vitriolo”

Le pone a sus reflexiones el punto justo de vitriolo o vinagre. Es untar con un toque ácido ‘Gabon’, pero sin que llegue a quemar. Javier Vizcaíno es un apasionado de la información, pero muy calmado en sus análisis

“Reflexiono los temas con calma, aunque en la forma les eche vitriolo”

bilbao- El último cuatrimestre de 2014 está dejando una actualidad que pasa por delante del consumidor de información como un huracán. Javier Vizcaíno es un observador paciente de lo que ocurre. Tiene las horas de sol para ver, oír y pensar, y las de la noche para contar, debatir y reflexionar. A lo largo de esta entrevista, sus lectores y oyentes pueden acercarse a su visión sobre la crisis del ébola, donde cuenta cómo cree que la han gestionado los políticos y, desde un punto de vista más crítico, cómo han gestionado la información los medios.

¿Cómo ha cambiado ‘Gabon’ en estos cuatro años?

-No ha habido una gran revolución. Hemos ido cambiando de equipo, ha aparecido algún tertuliano y desaparecido algún otro, pero lo básico sigue ahí.

¿Pesa el horario nocturno durante estas cinco temporadas?

-A mí no. Es el horario que más me gusta. Lo llevo cómodamente, porque me he hecho bastante bien a la idea y se adapta a mis biorritmos.

¿Sigue siendo usted un ave nocturna?

-Sí, y se va profundizando con la edad.

¿Qué otras aficiones tiene además de la tecnología?

-Casi todas acaban desembocando en el oficio. Mi afición por excelencia es estar pendiente de la actualidad y aprender. Me paso el día leyendo periódicos, ahora soy más de digitales, y libros. Cuando tengo tiempo me gusta ver alguna película, aunque casi nunca las veo en el cine, y series de televisión. Además de esto, estar con mi familia.

Así que para usted estar al tanto de la actualidad es un vicio.

-Podría decir que sí, suelo estar al tanto de la actualidad y de todo aquello que pueda servir para lo que hago en mi trabajo. Últimamente, leo mucho y me sirve para las columnas o el programa de la noche.

Parece que la actualidad no deja ni un minuto de respiro en estos momentos.

-Sarna con gusto no pica. No tengo sensación de sobresaturación, sí que tengo la sensación de que alguna de las cosas se repite, pero tampoco me quejo porque están ocurriendo cosas nuevas.

Algunas de las novedades son tristes, como el ébola.

-Es un ingrediente nuevo en el menú. Estar pendiente de lo que ha ocurrido en Escocia es otro, de lo que vaya a ocurrir en Catalunya otro? Este es un curso con cita electoral en mayo. Tengo mucha curiosidad y mucha inquietud por saber qué va a ocurrir. No me canso y, mucho menos, me aburro.

En la crisis del ébola los medios de comunicación hemos responsabilizado a la clase política por su gestión, pero ¿cree que los medios hemos gestionado con responsabilidad esa información?

-Ese plural es peligroso, cada cual tiene que barrer su parcela. Creo que los medios de comunicación, hablando en general, hemos sido profundamente irresponsables. Es muy fácil criticar a los políticos. Efectivamente, lo han hecho fatal. Pero los medios vamos dando una imagen que a mí me asusta mucho.

¿Por qué?

-Estamos traspasando todas las fronteras, y los principios que supuestamente son de primer día de la facultad de Periodismo nos los metemos por debajo del sobaco.

En el tema político, una mala gestión y ninguna dimisión.

-Lo de los políticos me preocupa lo justo, tampoco nos va a solucionar mucho la vida que dimita Ana Mato o que quiten al consejero de Madrid, esta parte la doy por asumida. Me está preocupando más la que tiene que ver con los medios de comunicación. Practicamos un doble lenguaje, nos sumamos a la crítica de otros comportamientos, pero no miramos hacia dentro?

¿En las fotos?

-Y en más cosas, pero publicar la fotografía de Teresa Romero en la habitación me parece tremendo.

¿Aportaba algo?

-Es una agresión que no tiene debate, no aporta nada y también es una lección de primer día de facultad. Está claro que no puedes robar la intimidad a nadie, ni la imagen.

Cambiando de tema, la situación en Catalunya, ¿entiende usted algo?

-Nada, no sé si la nueva propuesta de Mas es la genialidad más grande del mundo o la barbaridad más enorme. No entiendo nada, esa es la verdad. Al final, sigo el tema con mucho interés, pero con creciente desconocimiento: cuanto más sé, menos tengo la sensación de comprender.

Últimamente, la actualidad nos reactiva la capacidad de sorprendernos.

-Hay cuestiones que confieso que no me sorprenden, pero también hay otras con las que dices: Esto no me lo esperaba. Ya imaginaba que cuando se diera un caso de ébola, algo previsible, no se iba a estar a la altura políticamente, pero en este tema y en otros tenemos elementos que rebasan los límites de nuestra capacidad de sorpresa.

Ya no hay periodos de relax informativo.

-No hay tregua, afortunadamente. Cuando va transcurriendo la mañana siempre digo: Que pase algo, que pase algo. Siempre quieres tener algo que contar.

¿Cree que va a ser un curso cansado?

-Puede ser, pero casi todos lo son. Si ponemos la moviola, a ninguno de los que he estado en Onda Vasca le han faltado ingredientes. Digerimos muy rápido todo. Hace dos años tuvimos el final de ETA; lo contamos, lo vivimos, y hoy parece que aquello es cosa del pleistoceno. Hemos tenido las cuestiones de la legalización de las marcas de la izquierda abertzale y hoy lo asumimos con normalidad. Si te hablo de mis veinte y pico años en la profesión, creo que a ninguno le ha faltado nada. De relax informativo puede haber periodos.

Es usted un apasionado de la información, ¿cómo recupera la frialdad para ofrecer una reflexión?

-Reflexiono sobre los temas con mucha calma, aunque en la forma le eche vitriolo o vinagre, pero muy pocas veces reflexiono en caliente o suelto en caliente lo que pienso.

¿No lo ha hecho nunca? ¿Nunca ha tenido un pronto?

-Alguna vez sí, pero me he dado cuenta de que es un error. En general, estando o no equivocado, lo que digo en la radio y, sobre todo, lo que escribo en los periódicos, está muy pensado. No es lo primero que se me pasa por la cabeza, eso lo tengo claro.