Parejas imposibles para melodías sin complejos
Tony Bennet y Lady Gaga anuncian su disco conjunto de versiones de jazz, ‘Cheek To Cheek’, para septiembre
tony Bennet (88 años) y Lady Gaga (28) han decidido que la edad no debe impedir una relación musical y han anunciado un disco conjunto, Cheek To Cheek, de versiones de jazz para septiembre. La combinación de mítico crooner y estrella del pop puede parecer extravagante pero es una socorrida fórmula de la industria musical para ganar público y, por supuesto, dinero. Eso sí, en la mayoría de los casos, cada artista mantiene su personalidad.
En este club de juntos pero no revueltos hay auténticos especialistas. David Bowie no dudó en los lejanos 70 en interpretar El Tamborilero (Little Drummer Boy) junto a Bing Crosby en un programa de televisión. La canción quedó redonda. Otras parejas de hecho del Duque Blanco han sido Mick Jagger -con quien pegó botes en una versión macarra de Dancing in the Street de Martha and The Vandelas- o un popurrí junto a Cher en otro programa no apto para sibaritas de la nueva coctelería. El propio Bennet ha publicado tres discos de duetos, uno con artistas latinos. Y Lady Gaga ha cantado con Beyoncé, Marilyn Manson o con el mismísimo Bruce Springsteen. Con este último hay que decir que fue en una gala benéfica contra el cambio climático. Por lo tanto, el Boss puede apelar al mandamiento (no escrito) de que un artista está absuelto del pecado de colaborar con el enemigo cuando participa en un festival solidario.
En territorio hispano hay estrellas todoterreno. Sara Montiel, Raphael, Camilo Sesto, Mago de Oz, Los Panchos y Julieta Venegas, entre otros, tienen un punto en común: Alaska. Con todos ellos, la hispanomexicana ha interpretado alguna tonadilla popular tanto en un plató, en un vídeoclip o en una fiesta patronal. No importa el escenario, el amor no distingue de alturas. Ahí está también Quiero un camión, una canción feliz de una pareja atípica como Alaska y Loquillo. Esta combinación chica espabilada-chico malote es también un buen truco de la industria para vender caramelos musicales. Slash, el mítico guitarrista heavy de Guns N’Roses, ha prestado su supuesta mala imagen para compartir canciones con Marta Sánchez o Paulina Rubio. Sobra decir que no funcionó. Villanos y machos alfa como Iggy Pop y Ozzy Osbourne han participado en este circo de hombres rudos domados en la pista por rubias sensibles como Lita Ford o Deborah Harris.
Más picante es el tipo de pareja sonora relacionada con el mito de la mujer madura. En este caso sí hay ejemplos de éxito. Nadie puede olvidar a Montserrat Caballé junto a Freddie Mercury dándolo todo en Barcelona, una canción de promoción de los Juegos Olímpicos de 1992 que todavía entonan algunos turistas en las noches de las Ramblas. También Lichis, de la Cabra Mecánica, supo aprovechar la guasa y el sex appeal de María Jiménez para alcanzar el número uno con la rumba gamberra La lista de la compra. Está claro que el amor no tiene fronteras de edad y para la industria del espectáculo la muerte no va a estropear el negocio. Solo hay que ver el número de discos de duetos de artistas que, una vez fallecidos, resucitan para compartir con otro cantante una alegre tonadilla y, de paso, pagar las deudas que dejó a sus herederos. Michael Jackson ha protagonizado el último mensaje de ultratumba. La brillante canción Love Never Felt So Good, que canta con Justin Timberlake, ha sonado este verano y ha recordado el respeto que se debe a los muertos.
El mundo del espectáculo está lleno de ejemplos de parejas imposibles o de discos en plan de mejilla con mejilla, en los que el agua y el aceite combinan y se mezclan gracias a la tecnología digital, la pericia del ingeniero de sonido y la astucia del promotor discográfico. Según los expertos, todo es cuestión de química.
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