ARRIBA Anita Pallenberg, en 1965. A su derecha Kate Moss, en 2005. La primera en cualquiera de los conciertos de los Rolling Stones, de los que era fan oficial. La segunda en el festival de Glastonbury. Quien aseguró que la Moss era la creadora del estilo festivalero... se equivocó. Resulta que para encontrar los orígenes de esta manera de vestir tan particular hay que remontarse a los 60 y, ya de paso, a Woodstock: la madre de todos los festivales.
Mientras todavía resuenan las notas del Azkena en el aire y todo se va preparando en Kobetamendi para una nueva edición del BBK Live, el estilo festivalero se extiende a sus anchas por todo el Estado gracias a docenas de supereventos musicales. Kate Moss es probablemente una de las mujeres más imitadas del planeta. Todo lo que se pone se convierte en oro. Por eso, cuando apareció en 2005 con unos minishort, cinturón ancho, botas de agua (a poder ser Hunter, imposible encontrarlas por menos de 110 euros y... sí... son de goma) y pelo suelto y enmarañado, esa indumentaria se convirtió en el uniforme oficial de cualquier chica que se acerque a un concierto al aire libre. Pero parece que no fue la primera en lucirlo.
Hay que remontarse a los años 60 y concretamente a los Rolling Stone. Y ahí estaba ella, siguiéndoles siempre muy de cerca y dejando en los anales de la moda un estilo que hoy en día sigue más que vigente. Es Anita Pallenberg. Esta modelo, actriz y diseñadora de origen italo-alemán estuvo unida sentimentalmente a los miembros de los Rolling Stones Brian Jones y Keith Richards. Su característica principal era su estilo ecléctico y su pasión por acumular complementos. Cinturones anchos, chalecos, fulares estampados, estampados de leopardo, botas... esas son algunas de las señas de identidad de Anita Pallenberg que han llegado hasta nuestros días y en muchos casos son protagonistas de la moda festivalera. A tal punto llega el éxito de esta forma de vestir que incluso cadenas de ropa como Topshop sacan colecciones específicas para acudir a conciertos.... Negocio.
Las caras más conocidas del star system conocen el tirón de los festivales, y además del de Glastonbury hay uno que tiene especial atracción: el de Coachela. Es un gran festival que se celebra la última semana de abril en Indio, California. Al contrario de lo que le ha pasado al Azkena, el Coachela duraba dos días hasta la edición de 2007. Desde entonces dura tres.