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"La cultura crea mucho trabajo y es injusto abrasarla a impuestos"

"La cultura crea mucho trabajo y es injusto abrasarla a impuestos"Foto: josé mari martínez

bilbao. Más allá de su tierra natal, el flamenco ha roto fronteras. El bailaor Antonio de Verónica ha triunfado en Bilbao con su espectáculo Quebrantos, de la misma manera que este arte es apreciado en Alemania, en Francia o en Japón "donde hay pasión porque se trata de un pueblo sensible". Antonio subraya, sin sorprenderse, que "en Euskadi hay grandes aficionados, gente que se estremece cuando oye algo que le llena". Junto a su mujer, Saray Cortés, impulsó la compañía de flamenco Familia Sánchez Cortés con La Salinera como leyenda a cuestas.

¿Qué raíces hacen falta para comprender el flamenco?

Cuanta más cultura general tengas, mejor. Pero sobre todo hace falta tener una sensibilidad especial, un estado de ánimo predispuesto.

Tantas veces tachado de folclore, ¿es un apelativo que le incomoda?

No, ¿por qué? También el jazz es folclore. O el country. Hay que estar orgulloso de la música propia del lugar donde uno ha nacido. Es de bien agradecidos.

Sin embargo, hay escuelas de flamenco espolvoreadas por medio mundo...

Es que todo aquello que nace del sentimiento habla el mismo idioma, un lenguaje universal que trasciende. Mucha gente no entiende el inglés, pero si la canción le llega, si es buena, el idioma en que se cante no importa.

¿Son los vascos gente predispuesta a abrirle la puerta al flamenco?

Se sorprendería. Hay una sensibilidad especial, distinta a la andaluza si quiere, pero que parte de un respeto casi sagrado. Como público, ustedes son importantes, muy importantes.

¡Eso se lo dirá a todas!

Ja, ja, ja. No, en serio. La seriedad del vasco, su respeto casi sagrado por el trabajo bien hecho, trasciende. Se percibe en el escenario que aprecian la cultura del trabajo. Además, es un público muy acostumbrado a ir al teatro, a valorar lo que se hace sobre las tablas. Se trabaja a gusto.

Habla de cultura, un bien universal sobre el que Hacienda ha puesto sus ojos...

Es una barbaridad. La cultura crea muchos puestos de trabajo y es injusto abrasarla a impuestos porque van a impedir que la inversión retorne y dificulta su consumo.

¡Cualquier espectáculo se ha puesto por las nubes!

Eso es. ¿Cuánto le sale a una familia con dos hijos ir al cine, al teatro, a la danza...? Se ha pasado de un IVA del 8% a otro del 21%. Esto va a cerrar muchas puertas.

Giro y cambio de escenario: ¿qué se le puede decir a los puristas del flamenco?

Que están en su derecho a exigir. Pero también que cada uno se expresa como sabe y quiere y que no debiera ponérsele etiquetas al arte. Más que la resta importa la suma.

¿Dónde se pone la meta?

El artista no debe ponérsela nunca. El día que tenga metas y las alcance... ¿qué hago? Estaré perdido porque dejaré de buscar. Y el artista que no busca, se pierde.

Hablemos para un profano: ¿qué debe hacer para entender el flamenco?

Abrir su corazón, lo primero. Pero eso no basta. Es bueno escuchar música, cuanta más mejor. Y si pregunta cuál, cualquier flamenco le dirá lo mismo. En un disco, cualquiera, de Camarón, lo tiene todo. Eso y dejarse llevar.

A veces parece que lloran y lloran sin cesar...

El flamenco es sufrimiento, pero también es alegría. Hay que contar una historia y, como en todas las historias, no todos son buenos o malos. Es una visión de la vida. Ni más ni menos.

¿Y si lo que ves no te gusta?

Cambias de paisaje y se acabó. Sufrir por sufrir, nunca.