Brosana lakunzailbao. Joseba Apaolaza es el profesor de gimnasia en DBH, la nueva serie que desde el 1 de noviembre emite ETB-1. Según el propio actor, es un personaje un poco zafio, corto, dejado, inocente y borono. Pero a él, el papel le gusta mucho por varios motivos, sobre todo porque es la vuelta a Euskal Telebista, con un proyecto nuevo y un sistema de trabajo muy parecido al de una de sus ficciones favoritas, Camera café. Con la reducción de presupuestos del ente público parece un milagro que se estrene un formato de ficción. El actor guipuzcoano afirma que el sector audiovisual está sufriendo mucho con la crisis y da la bienvenida a las nuevas iniciativas que se hagan tanto en cine, teatro como televisión.

Hablemos de su nuevo trabajo. Es casi un milagro una serie nueva en ETB, ¿no le parece?

Ja, ja, ja… Tú lo has dicho, desgraciadamente hacer una nueva serie se ha convertido en ETB en un milagro.

¿Cómo ve su papel?

Para decirlo en pocas palabras: es un papel de un profesor de gimnasia un poco borono. Mi personaje es un poco corto, un poco inocente, un poco dejado, un poco zafio…

¡Vaya papel! ¿Tiene algo bueno?

Es un papel bonito, pero el personaje tiene su punto. Me gusta.

Combina este personaje de televisión con el teatro, ¿es factible?

¡Qué remedio! Con los tiempos que corren tiene que ser así. Lo combino con dos obras de teatro. Todavía colea la última producción en la que hemos trabajado, Contra el viento del Norte. Es una pena que esté acabando porque la tenemos bien fresquita, la hemos hecho en euskera y castellano. Acabamos de estrenar El hijo del acordeonista en el Arriaga y estamos de mini gira por Euskadi con ella.

No le habíamos visto en televisión desde 2009, concretamente en Telecinco.

Desde Acusados, efectivamente. Ahora estamos cambiando de chip, de idioma, de registro, de escenario… No tengo problemas de encasquillarme…

¿Encasquillarse? Será encasillarse, ¿no?

Es que hubo una temporada en la que no hacía más que papeles de ETA y decía que estaba encasquillándome, ja, ja, ja…

La última vez que le vimos por ETB fue haciendo 'Pilotari', ¿cómo está la televisión ahora?

Pues muy diferente, qué tiempos aquellos en los que no había platós, no había sitio para todo lo que había; ahora estamos, desgraciadamente, mucho más tranquilos.

¿Le sorprendió la propuesta de esta serie?

Sí, además me sorprendió en todos los sentidos. Fue algo repentina y me sorprendió gratamente. He sido muy fan de Camera café, es un poco la referencia de este proyecto. En nuestro caso, son cuatro decorados diferentes, pero se sigue con la técnica del plano único, uno tiene que abrir y descansar la mirada en un frente. Me ha alegrado mucho de que me haya tocado hacer un trabajo así.

ETB-1 atraviesa uno de sus peores momentos de audiencia.

Así es, pero los trabajos en televisión están muy sometidos a la audiencia para tener un mínimo de continuidad. Es una pena, pero ocurre como en un teatro: si no tienes una programación adecuada, no puedes pretender que la gente acuda. Tienes que ofrecer cosas, fomentar un público habitual con proyectos para que se queden contigo.

¿Hay muchas diferencias entre Madrid y Euskadi a la hora de trabajar?

Aquí hay un buen cuerpo de profesionales y es una pena que todo este así de mal, infrautilizado el sector. Hay gente que se ha forjado aquí a lo largo de muchos años. Equipos los hay, pero la gente ahora está obligada a emigrar y a buscarse la vida por ahí.

¿Había perdido la esperanza de trabajar en alguna serie en euskera?

Ja, ja, ja… No desespero, más bien espero que vuelva a haber actividad y trabajo en Euskadi y en ETB. También he tenido mucha suerte porque yo me he criado con el teatro y me he hecho una trayectoria en ese medio. Por suerte, hasta ahora, el teatro ha sido mi alternativa. Todo es poco para sobrevivir y para ello es necesario tirar de todo. Yo aprovecho todo lo que va saliendo. Me hago cargo de que corren tiempos muy difíciles.

¿Ve difícil la situación del teatro?

Muy difícil. Los ayuntamientos que habían sido nuestros clientes habituales están muy atados de manos y muy endeudados. Todo es complicado y todo es poco para poder sobrevivir en esta profesión.

¿Y si hablamos del cine?

Pues creo que tres cuartos de lo mismo, está igual de mal. Todo el mundo está pendiente de la legislación y de cómo van a quedar por parte del Gobierno las políticas de ayuda y financiación al cine. Está todo en un impasse muy importante, es un sinvivir; hay salas que cierran, lo que hay en televisión no arranca e incluso lo que se graba no se emite porque no cuadran las cuentas: es un desastre. Pero es lo que hay.

¿Es la peor época de vacas flacas que ha vivido?

Sí. Aún así me siento privilegiado…

Un optimista en estos tiempos es un perfil muy difícil de encontrar. Me hago cargo de que la coyuntura es dificilísima para la profesión, las vacas está flaquísimas.

Si ponemos algún canal temático aún le podemos ver en la primera temporada de 'Aquí no hay quien viva'.

Esa serie fue para mí el premio más importante de lo que significa trabajar. Solo estuve seis meses en aquellos primeros tiempos de la serie, no sé si estuve dieciséis o dieciocho capítulos. Se han repetido muchísimo y eso siempre nos devenga algún beneficio. Me siento afortunado en muchos sentidos y en ese también. La gente me ve y parece reciente, como si hubieras hecho la serie ayer.

Su presencia en la serie fue muy corta, ¿lo pasó mal?

Fue un trago amargo, lo reconocí entonces y también ahora. Mi salida fue como escondidas, a espaldas y de mala manera. Me dio pena porque era un bombón de serie y tenía unos guiones estupendos.

¿Qué es lo que más le apetece ver cuando enciende la televisión?

Me gusta ver películas, ahora que TVE no tiene publicidad ver una película sin cortes es una garantía para saber cuándo empieza y cuándo acaba. Soy de ver la televisión tarde y me he hecho asiduo de ver series de una tacada, series de aquí y americanas. Ver una serie que está chula me quita horas de sueño porque me veo tres o cuatro capítulos de un tirón. Voy a tiro fijo, no soy de estar zapeando. No las sigo en televisión como tal, me las compro y me doy atracones viéndolas. De esta forma he visto cosas muy chulas.