LONDRES. Se tambalea un icono de la información: la BBC británica ha sido durante mucho tiempo sinónimo del periodismo honesto, directo, fiel a las fuentes y basado en buenas investigaciones. Ahora la institución, fundada en 1922, corre peligro de quedar hundida en un escándalo por abuso de menores y, sobre todo, por la forma en que lo ha gestionado. En este momento, Newsnight, informativo nocturno que se emite desde hace treinta años, parece estar en la cuerda floja, y el sábado el director general de la emisora, George Entwistle, presentó su dimisión. Hace sólo dos meses que estaba en el cargo. "A la luz del hecho de que el director general es también el editor en jefe y en última instancia responsable de todo el contenido, y a la luz de los niveles periodísticos inaceptables del documental de Newsnight transmitido el viernes 2 de noviembre, he decidido que lo honorable para mí es renunciar al puesto de director general", anunció.

En 2011, Newsnight optó por no emitir las investigaciones que dejaban al descubierto la pedofilia de Jimmy Savile, presentador estrella de la BBC. Se cree que Savile abusó durante décadas de menores, en parte esos abusos también se cometieron en las instalaciones de la BBC. Ahora se espera que una comisión independiente explique por qué la BBC en su momento no actuó con mayor resolución y por qué esta historia no se conoció antes de que su rival, la ITV, destapara hace pocas semanas lo sucedido.

patinazo El equipo de Newsnight no se mostró tan dubitativo al tratar de otro escándalo de abuso de menores en Gales en los años 70 y 80: una víctima declaró que un expolítico de la era Thatcher había abusado de él. Newsnight se precipitó al insinuar erróneamente el nombre del extesorero de los Tories, Alistair McAlpine, como acusado. Cuando la víctima declaró que McAlpine no era a quien acusaba, la BBC quedó muy mal parada ante la opinión pública. Además, al ver su nombre asociado con estos delitos, en los que nada tenía que ver, McAlpine criticó el programa y amenazó con emprender medidas legales por "difamación. "Ese material nunca debería haber sido emitido", admitió Entwistle.

Chris Patten, presidente del Consejo del ente y en el pasado comisario de la Unión Europea y gobernador de la excolonia británica Hong Kong, aseguró ayer que era necesario "llevar adelante una revaluación minuciosa, radical y estructural" y recuperar "rápido" la confianza del público tras el escándalo, porque de lo contrario está acabada. En círculos del sector el mensaje se interpretó de inmediato como el posible fin del programa Newsnight, emblema desde hace décadas del periodismo de investigación.

El affaire se produce en unos momentos en los que la BBC debe afrontar el recorte de plantilla y medidas de ahorro. Hace tan sólo un año, miles de periodistas fueron a la huelga en protesta por los recortes. "La organización está en declive. Todo es posible", comentó Frase Nelson, del programa político Spectator. Es un juicio demoledor tratándose de la mayor radiotelevisión pública del mundo. Con un presupuesto de 5.000 millones de libras esterlinas (6.250 millones de euros) y diez canales, la BBC sigue siendo la mayor fuente de la opinión pública del Reino Unido y tiene un importante impacto mundial a través de su vasta red de corresponsales.

La BCC dio ayer muestras de integridad al incluir en su web una amplia información sobre su deficiente trabajo, que a las nueve de la noche había recogido 1.400 comentarios. Entre ellos había opiniones de todo tipo, desde los que reclamaban su cierre inmediato o se negaban a seguir financiándola, a quienes agradecían a la emisora que no censurara esta noticia o mostraban sorpresa porque informara de su propio escándalo.