"Cuando interpreto a Cipri siempre me acuerdo de mi abuelo, que era buena persona como mi personaje"
Le gusta la vida sencilla, disfrutar con su trabajo y soñar con el siguiente personaje. No quiere encasillarse, aunque de momento ya va por la tercera temporada de 'Águila Roja'. Le ha cogido cariño a 'Cipri', su personaje, un hombre bueno que le recuerda a su abuelo
bilbao. Santiago Molero es el tabernero de Águila Roja, una de las series que más alegrías ha dado a TVE en los últimos años. El Cipri. Su personaje no es uno de los protagonistas de la serie, pero tiene como aliciente que él regenta la taberna, un lugar de encuentro muy importante en esta producción de Globomedia.
¿Le costó hacerse con el papel?
Qué va, ¿quién no está familiarizado con un bar? Es un lugar de encuentro tan importante ahora como lo era en siglos pasados.
¿Posadero o tabernero?
Lo que tú quieras, antes las posadas eran tabernas, tiendas, lugares de reuniones, eran tan importantes como...
¿Las iglesias?
Sí, se intrigaba tanto como en ellas, pero había que tener cuidado porque el poder que tenía la iglesia era enorme. El posadero o tabernero era el confesor de la gente. Es más, lo sigue siendo.
¿Ha tenido relación con la hostelería?
No mucha, tengo la relación de ir a tomarme algo. Es cierto que a veces entro solo y me pongo a hablar con el camarero, aunque no le conozca de nada. Te da cierta confianza alguien que al otro lado de la barra hable contigo, te escuche. Eso pasa en Águila Roja. La posada de la liebre, así se llama mi taberna, es donde se reúne todo el mundo.
¿Qué tiene esta serie que arrasa temporada tras temporada?
Tiene vida, eso es lo principal. Gusta porque es de aventuras, hay malos y buenos. Hay gente que ama y gente que odia... Es una serie que tiene mucho de puesta en escena, de espectáculo.
¿Cómo se lleva con "Cipri", su personaje en la serie?
Cada día me llevo mejor, es un buen tipo y creo que la gente le quiere mucho. Si puede ayudar, ayuda.
¿Demasiado bueno?
Demasiado bueno. Aunque no sé si es demasiado bueno, pero -aunque así fuera-, no es demasiado tonto. Ya sabes que lo bueno y tonto muchas veces se unen de forma injusta.
¿En quién se basa para dar vida al tabernero?
Me baso en la gente bonachona de los pueblos. Yo soy de un pueblo pequeño de Toledo y allí, si te fijas un poco, puedes sacar muchas cosas buenas de su gente. Cuando interpreto a este personaje siempre me acuerdo de mi abuelo. Era buena persona y, como otros muchos, se parece al Cipri.
¿Qué le atrajo de la serie?
Era una serie diferente a todo lo que había en televisión. No era de policías, no era de médicos, no era de este siglo. Me gusta cambiar de registro y este tipo de personajes hasta ahora sólo los hacías en teatro. Pero ahora, como estamos viendo con esta serie y con otras, también se pueden hacer en televisión. Águila Roja fue una aventura en principio y ahora es un producto que los espectadores agradecen y siguen con pasión.
Las series de época se han puesto de moda.
En televisión, como en la vida, todo va por modas. Un día aparecen los productos futuristas y todos producen lo mismo. No queda más remedio que ir con los tiempos. La ventaja de esta serie es que fue la primera que se hacía de este tipo.
¿Más riesgo?
Eso está claro, no sabes cómo va a funcionar. Aunque ahora todo está muy complicado, hay cosas que funcionan durante un tiempo y de repente se les acaba la buena estrella. Hay que disfrutar de lo bien que va una cosa mientras dura.
¿En la vida real también?
En la vida real más. Las cosas buenas -las malas también-, tienen fecha de caducidad. Hay que aprovechar los momentos de felicidad, porque la felicidad son momentos.
El tono y el lenguaje tienen poco que ver con lo que vivimos en la calle. ¿Le ha resultado difícil retroceder en el tiempo?
Sí y no. No es el lenguaje que usas habitualmente, pero no tienes más que estudiar los guiones, meterte en la piel del personaje y zambullirte en el ambiente..., cuando consigues todo eso no tienes muchos problemas. Ja, ja, ja... Es cierto, es una serie diferente, no suenan los móviles, no hay relojes, no hay coches y no hay muchas cosas a las que estamos acostumbrados, pero ahí radica también su interés.
Estamos en crisis y se hacen series de época, parece chocante.
No sé si es chocante o no. Águila Roja es una serie bastante costosa en cuanto a trabajo, decorados, vestuario, pero te digo una cosa, desde el primero al último de nosotros -técnicos, guionistas, actores, etc-, trabajamos muchísimo, no escatimamos horas, hacemos lo que haga falta para que esto salga adelante.
¿Es cómoda la ropa?
Te ves raro, pero te acostumbras enseguida. Los de vestuario tratan de ponernos todo lo más cómodo posible. Yo me veo bien. Los vestidos de ellas son impresionantes, están todas guapísimas.
¿Por que decidió ser actor?
Empecé de pequeño. Fue una terapia para vencer la timidez y me fue muy bien.
¿Usted es tímido?
Ja, ja, ja... A lo mejor ahora tengo que hacer cursos a la inversa y recuperar mi timidez.
¿Qué valora de su profesión?
El ser feliz con un proyecto, el que un personaje me emocione, el ver que el público está satisfecho en el teatro o la gente que te dice que le gusta tu papel de posadero. Transmitir ilusión con cualquier papel, dejarte el alma para crear la magia de la ficción... Me estoy poniendo muy lírico.
Por los papeles que interpreta y por las series en las que ha estado no tiene el riesgo de encasillarse.
No me permito el encasillarme, quiero variedad en los papeles. Ensacasillarte es acomodarte y eso no va con un actor; al menos no va conmigo.
¿Tiene otros proyectos?
Nunca me faltan. Siempre tengo el teatro, para mí el teatro es fundamental en mi vida, soy un hombre de teatro.
¿El teatro por delante del cine y la televisión?
Ponernos a analizar cada uno de los medios nos llevaría mucho tiempo. Cada uno tiene ventajas y desventajas. El teatro es importante, pero a mí me interesan los proyectos. En cualquier medio puedes hacer cosas interesantes. El placer que sientes por un personaje es lo que te hace amar esta profesión hasta el infinito. Dar vida a alguien es lo más apasionante que me puede ocurrir.
¿Se puede vivir bien del teatro?
Se puede vivir. Bien o mal va a depender de las necesidades que te crees. Unos pueden vivir con lo mío y para otros es insuficiente.
¿Cómo le gusta vivir?
Con lo que tengo, sin soñar con la luna en lo material. Tener lo básico y un poco más, pero sin lujos. Soy un hombre sencillo y de gustos muy normales.
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