La voz del pueblo sube a los altares
La presentación del libro "Aupa Maurizia!" trae del mas allá no sólo la figura de una panderojole legendaria, sino el recuerdo de un mundo al que la civilización moderna pone palos en las ruedas.
Sin otra escuela que su interés y la tradición familiar ni otro escenario que la clandestinidad de su habitación -a comienzos del siglo XX la presencia de las mujeres en las romerías era mal vista...-, Maurizia Aldeiturriaga dio los primeros pasos hacia la leyenda. Su vida ha sido rescatada ahora por los bertsolaris Fredi Paia y Xabier Paya en un libro de memorias, nostalgias y vivencias titulado Aupa Maurizia! que recoge aquellos años de rebeldía primero y de triunfo después, cuando Maurizia ya había roto las cadenas de la convención y su presencia era celebrada como la llegada de un ser mitológico.
Algo de eso había, no hay duda. Cuando en 2003 calló para siempre la alboka de Silbestre Elezkano Txilibrin, máximo exponente de la cultura tradicional vasca del siglo XX junto con León Bilbao y la panderojole Maurizia Aldeiturriaga -lucharon durante toda su vida, especialmente tras la guerra del 36, por mantener la música y la danza tradicionales vascas...-, se apagó una luz.
Maurizia Aldeiturriaga nació en Zeberio en 1905. Tras los años de aprendizaje a oscuras con doce años debutó ante el público. Pronto prendió la llama. La forma de cantar de Maurizia se hizo muy popular, por su extrañeza, a saltos entre los tonos bajos y voces agudísimas sin notas de intermedio, que a veces invitaba a la hilaridad. Era puro sentimiento, muy cotizado por los albokaris y trikitilaris de Bizkaia.
Dos años después de nacer Maurizia lo hacía Bonifazio Arandia Fasio en Iurre. Nació para acordeonista y a los trece años empezó a tocar por las plazas de los pueblos. Tras abandonar el acordeón durante muchos años retomó su afición en 1971, ganando un campeonato. Tras morir Benantzio Bernaola Karakol, formó junto a la mujer de éste, Maurizia, y el albokari León Bilbao un trío de gran renombre que expandió la trikitixa de Bizkaia. Tal es así que hicieron fortuna como trío bajo el nombre Trikitixa de Arratia. Ayer volvió a escucharse su voz, desaparecida en 1988, al grito literario de Aupa Maurizia!. El Ayuntamiento de su tierra natal, Zeberio, invocó aquel espíritu alegre de las romerías en un escenario a contraestilo: la biblioteca de la Diputación Foral de Bizkaia. Si lo ve en vida Maurizia se rompe a carcajadas. La mujer del pueblo en los altares de la cultura.