UnA serie de cartas y memorandos de los directivos de la cadena, dados a conocer ayer, demuestran que los responsables de las dramatizaciones radiofónicas no apreciaban su obra y ni siquiera comprendían el atractivo popular de la obra de Enid Blyton. En una circular de 1938, la directora del departamento de escuelas de la BBC, Jean Sutcliffe, descarta sin paliativos a la autora. "Mi impresión de sus historias es que tal vez aporten algo a La Hora de los Niños, pero ciertamente no al departamento de escuelas, ya que no tienen mucho valor literario", afirmó la directiva, que describió el nivel de su escritura como simplemente "competente". Dos años después, La hora de los niños, un popular programa radiofónico, rechazó la obra de Blyton El mono y el organillo porque el diálogo era "rebuscado". "Es realmente extraño cómo esta mujer puede ser una autora de éxito", escribió un miembro del equipo.
Blyton, que ha vendido unos 600 millones de libros, tenía claro que era una persona non grata en la BBC. "Yo y mis obras estamos completamente vetados en la BBC en lo que respecta a los niños, ninguna historia ha sido emitida y, por lo que se dice, ninguna lo será jamás", escribió a un productor en 1949. En una circular "estrictamente confidencial y urgente" de 1950, el entonces director de La hora de los niños, Derek McCulloch, confirmó que existía el veto. En otra ocasión, en 1954, Sutcliffe rechazó que la escritora fuera entrevistada en La hora de la mujer por considerar que rebajaría los estándares. Temía que, si se la permitía opinar sobre objetivos y métodos en la escritura infantil sin ser rebatida por auténticos creadores y educadores, la BBC se convertiría "en una víctima más de la increíble campaña de publicidad que ha elevado a esta competente y tenaz segundona a astronómicos niveles de éxito".
La figura de la autora inglesa, que en 1963 fue finalmente entrevistada en el popular y aún vigente programa radiofónico La hora de la mujer, vuelve a ser actualidad en el Reino Unido con la emisión, a partir de hoy, precisamente en la BBC, de una serie sobre su vida. Según lo que se ha averiguado de su personalidad, gracias en parte a la colaboración de una de sus dos hijas, Imogen, Enid Blyton era una persona extremadamente ambiciosa e inmisericorde que trató mejor a sus pequeños seguidores que a su propia familia. En declaraciones a The Sunday Telegraph, Helena Bonham Carter, la actriz que la encarna, señala que, básicamente, era una persona "totalmente inmadura, el sueño de un terapeuta".
En una autobiografía publicada tras su muerte en 1968, su hija Imogen la describió como "arrogante, insegura y sin un ápice de instinto maternal. Su manera de ver la vida era infantil, y podía ser resentida, como una adolescente". Hija de un próspero vendedor de cuberterías, Blyton se crió en una familia de clase media en barrios residenciales del sureste de Londres, pero su mundo dio un vuelco cuando su adorado padre, Thomas Carey Blyton, los abandonó teniendo ella 12 años. Según los productores de la serie, esa experiencia la llevó a no querer crecer y a crear un mundo idílico donde el sol siempre brillaba, los niños montaban en bicicleta en la campiña, abundaban los sandwiches de jamón y había cantidades de cerveza de jengibre para cenar.