Coincidiendo con el declinar del verano llega el primer aniversario del fallecimiento de Iñigo Muguruza Ugarte, uno de los músicos que dan sentido a la música vasca interpretada en euskera por su papel como miembro activo de varios de los grupos más representativos de nuestra música popular de las últimas décadas, con Kortatu y Negu Gorriak indiscutiblemente al frente. El pasado fin de semana, el día 5, se cumplió el primer año de su muerte a causa de una grave enfermedad, esclerosis múltiple, que padecía desde hacía varios años. Aprovechamos la fatídica fecha para recordar a este músico pionero y magnífica, cercana y honesta persona a través de varias de las canciones que dejó para la historia del rock euskaldun en sus numerosos y eclécticos proyectos, muchos de ellos marcados por un fuerte componente ideológico de izquierdas y revolucionario.

Irundarra nacido el 17 de diciembre de 1964, apenas era un adolescente cuando se sumó con 14 años a un grupo llamado Desband, que posteriormente, ya sin su participación directa, pasó a ser Beti Mugan. El grupo se creó en Hondarribia, a finales de los años 80, y editó varios discos de tendencia noise y ruidista heredera de referencias internacionales como Hüsker Du, Neil Young o Sonic Youth. Esta es una de sus canciones, Mugaz muga.

Iñigo Muguruza había abandonado el que fuera el embrión musical de los futuros Beti Mugan cuando tiró de la familia, en 1984, para formar Kortatu junto a su hermano Fermín, como cantante e ideólogo principal, y el batería Treku. Tras un disco compartido con otras bandas, el trío fue encuadrado en el por entonces conocido como Rock Radikal Vasco aunque la música de Kortatu surgió de su admiración por los sonidos del ska-reggae que practicaban jóvenes bandas británicas copiando la música jamaicana tradicional y trasladándola a patrones rockeros. Iñigo empuñó el bajo en Kortatu durante cuatro discos, uno de ellos en directo, y dejó para la historia canciones inolvidables como Mierda de ciudad, La línea del frente, After-Boltxebike o Zu, atrapatu arte, mientras su repertorio iba girando hacia el rock y al final sus letras acabaron olvidando el castellano original en su último disco de estudio, Kolpez kolpe, cuyas canciones las interpretaba ya Fermín íntegramente en euskera. El disco Azken guda dantza, grabado en vivo, marcó la separación del trío en 1992 tras ofrecer casi 300 frenéticos y sudorosos conciertos.

El vídeo de Kortatu que os animamos a ver muestra a un jovencísimo Iñigo haciendo resaltar su bajo en esta interpretación de la que es, quizá, su canción más conocida, el famoso Sarri, Sarri, en la que se narra, a ritmo de ska, la huida de la cárcel, escondido en un bafle, del exmiembro de ETA y reconocido escritor Joseba Sarriugarte tras un concierto del cantautor Imanol.

Tras la disolución de Kortatu y su trabajo como brigadista voluntario en Nicaragua, Iñigo formó nuevamente junto a su hermano Fermín Negu Gorriak, uno de los grupos más importantes de la década de los 90, no solamente en Euskal Herria sino en todo el Estado español. El tercer vértice de la propuesta fue Kaki Arkarazo, guitarrista, exmiembro de M-ak y productor al que conocían de su colaboración en Kolpez Kolpe y quien, además, había girado como segundo guitarrista de Kortatu en su gira de despedida.

Con Iñigo cambiando el bajo por la guitarra, Negu Gorriak editó su debut hace tres décadas, en 1990, y dejó desde el principio canciones para la historia como Itzoiten, Hitz egin y Esan ozenki. Esta última la utilizaron para dar nombre a su sello, siguiendo los proyectos de autogestión de músicos admirados como el del estadounidense Jello Biafra, líder del grupo punk Dead Kennedys. "Euskalduna naiz eta harro nago", cantaban en aquel debut, que fusionaba a Maurizia con Public Enemy, raíces euskaldunes, música jamaicana, hip hop y hardcore furioso y acelerado con letras de activismo insurgente.

A ritmo de rock, rap y reggae, y con la inclusión a la sección rítmica del batería Mikel BAP y Mikel Anestesia al bajo, Negu Gorriak se convirtió en un grupo obligado en el circuito de música alternativa estatal y europeo gracias a discos como Gure jarrera y el enciclopédico Borreroak baditu milaka aurpegi, en los que se fueron abriendo al uso de samplers y un gusto evidente por los sonidos negros, especialmente del soul. Publicaron un total de seis discos de estudio, un directo y un recopilatorio, y se disolvieron en 1996. Su compromiso y denuncia les provocó numerosos problemas con la censura y de tipo judicial después de que el Coronel Galindo, miembro destacado de la Guardia Civil en Euskal Herria, les denunciara por la letra de su canción Ustelkeria, que le relacionaba con el tráfico de drogas. Negu Gorriak fueron absueltos en 2001 y su despedida definitiva congregó a 30.000 personas en varios conciertos. Os dejamos el video de uno de sus clásicos, el mítico Radio Rahim, incluido en su debut.

Coincidiendo con la disolución de Kortatu y mientras se formaba Negu Gorriak, Iñigo aprovechó 1990 para formar parte de manera puntual del grupo gipuzkoano Delirium Tremens, que se había dado a conocer con tremendos temas de rock como Ikusi, Lainoak illunak y Boga, boga. Con el grupo de Mutriku liderado por la guitarra y la personalísima voz de Andoni Basterretxea, Iñigo estuvo casi dos años como segundo guitarrista. Con ellos grabó su disco Hiru aeroplano, en el que también participó Kaki Arkarazo como productor, además de técnico de sonido de sus giras. De este último disco, en el que suena la guitarra de Iñigo, rescatamos la canción Batzuk

Iñigo, artista polifacético además de músico, ya que dirigió un cortometraje, la obra de teatro Ezekiel y escribió un libro de relatos infantiles, vivió los últimos años del siglo XX al frente del proyecto Joxe Ripiau, concretamente desde 1996 hasta el año 2000. Lo que inicialmente fue un proyecto paralelo a Negu Gorriak, se convirtió en su banda principal, con la que grabó, con su hermano mayor, el cantautor Jabier Muguruza, y Sergio Ordóñez, hasta tres discos. La banda surgió tras un viaje a la República Dominicana, lo que se advierte en el repertorio, mayormente acústico, de los Ripiau, marcado por la música jamaicana, pero que añadía como especificidad la inclusión de ritmos folclóricos latinoamericanos. La colaboración del trombonista Asier Ituarte en su último disco, Paradisu zinema, convirtió en un cuarteto la recta final del trabajo de los Ripiau.

Aquí os dejamos su segundo disco, Karpe diem, al completo

Inspirándose en un poema de Sarrionandia, Sagarroiak, Iñigo Muguruza levantó en 2001 un proyecto con el que volvió a las guitarras eléctricas y furiosas. El grupo se llamó Sagarroi y comenzó ligado al rock y el hardcore en su disco Meatzaldea, pero con el paso de los años y los discos volvió a las cadencias acústicas y jamaicanas más cercanas a Joxe Ripiau en álbumes como Euria ari duela y Toulouse. Iñigo compartió el grupo con el batería Gorka Baskaran y el bajista Carlos Zubikoa. De su último álbum, extraemos la canción Com gairebé tota la resta, entre el reggae, el catalán y los aires africanos.

A causa de su enfermedad, Iñigo permaneció en un discreto segundo plano musical en su última década de vida. Su penúltimo proyecto musical fue Lurra, otra banda de sonidos acústicos y corazón y arreglos folk-pop, con voz femenina al frente, la de Ane García, y con la que editó el precioso y muy reivindicable disco Akatsa sisteman, en 2014, que mereció mejor suerte de la que tuvo.

Iñigo centró los dos últimos años de su fructífera vida musical en el proyecto Hiru Leike, grupo que formó en 2017 junto a otra voz femenina, la de la vocalista Ane Odriozola. El trío, con el que el veterano músico volvió a la electricidad, incorporó también a la batería Paula Andrade. Dejó para el futuro la canción Bizitza heldu da, incluida en el disco recopilatorio Gure oraitzapenak, un tributo musical a la obra de Sarrionandia. Os dejamos el vídeoclip de la canción Ez da euria, por cortesía de Kronopio Films

Colegas, familiares y amigos músicos del músico fallecido hace un año le tributaron un homenaje en el Kafe Antzokia de Bilbao a finales del año pasado, a mediados de diciembre, bajo el lema Iñigo Muguruza beti gogoan, adiorik ez!. Su hermano Jabier Muguruza intentó revivir el espíritu de Joxe Ripiau, los Delirium Tremens se volvieron a reunir en su honor, al igual que los supervivientes de Negu Gorriak, y Ane, la vocalista de Hiru Leike, su última banda, declaró que Iñigo "buscaba el encuentro con los demás en la música".