EL proceso de creación de su último espectáculo no ha sido fácil, pero sí intenso emocionalmente. El bailarín y coreógrafo vizcaino Mikel del Valle presenta el 21 de febrero en el Teatro Arriaga Agate Deuna un montaje visual dedicado a todas las mujeres que luchan o han luchado contra el cáncer de mama. A través de la danza contemporánea Del Valle recorre el trance de la enfermedad. Con una sutileza perfecta pone sobre las tablas el sufrimiento por el que pasan muchas mujeres una vez que se les diagnostica esta dolencia.

Para conocer la realidad de esta enfermedad Mikel se reunió con mujeres que lo han vivido en carne propia: “Necesitaba conocer lo que se siente, saber cómo es el proceso, sus diferentes fases, sentimientos, miedos, dolores, sufrimientos...”, destacó el coreógrafo Mikel Del Valle. Antes de subirse al escenario era imprescindible conocer historias reales a las que dar vida a través de la danza. “Todo el proceso ha sido muy enriquecedor. Me ha fascinado la fuerza que sacan esas mujeres, la entereza con la que se enfrentan a una enfermedad que les azota por sorpresa sin darles otra oportunidad. Luchan por continuar”, dijo.

Para Mikel del Valle las mujeres que ha tomado como protagonistas de este montaje que se estrena en el Arriaga la próxima semana son auténticas valientes del miedo. En este camino recorrido el bailarín ha intentado ir más allá; con respeto ha querido desde diferentes prismas ahondar en esta realidad que afecta a millones de mujeres en el mundo: “Quise saber qué era peor, si el momento en el que se les comunica que tienen un cáncer de mama o cuando les dicen que tienen que extirparles el pecho”, destacó el coreógrafo.

Cada mujer lo vive de manera diferente y por lo tanto, según asegura Del Valle, esta circunstancia ha sido lo más complicado para plasmarlo sobre el escenario. “Hay que tocarlo con una sensibilidad respetuosa, exquisita. He intentado mantener el equilibrio y realizar un montaje repleto de positivismo, de esperanza, de vida, de ilusión”, describe el bailarín vizcaino.

En el recorrido de la enfermedad, la música y la coreografía dan forma a un problema actual con la figura popular de Santa Águeda, torturada y despojada de sus pechos, según la historia, en el año 262 dC. La tradición se funde para recrear el drama de la enfermedad, para reflejar el sufrimiento a ritmo de movimientos de danza contemporánea y pasos típicos de la cultura vasca. “Lo que quiero es emocionar; que los diferentes movimientos calen, penetren por los poros de la piel. Quiero llegar a la sensibilidad más que se vea algo técnico a nivel de danza”, relató Mikel de Valle.

Para adentrarse en la historia durante unos meses estuvo buscando información sobre esa tradición y un año se fue con el coro de Santa Águeda de Arratia para cantar, makila en mano, las coplas a la mártir. “El coro de Arratia son una pasada. Me encantó la oportunidad que me dieron para poder adentrarme en una de las tradiciones vascas”, aseguró Mikel.

Visualmente, en el montaje se mantienen estructuras corporales en desequilibrio físico, emulando aquellas partes del cuerpo de las mujeres, que como a Santa Águeda, le fueron amputadas. Junto a Mikel, Claudia Bosch, Laura García, Daniel Martínez, Paloma Calderón y José Ruiz forman el elenco de bailarines. “Una vez visto el montaje, espero que la gente salga de diferente manera”, concluyó.