NO pronuncia el apellido Zamacois y cualquiera diría que trepa a las más altas ramas del árbol genealógico de Bilbao. No en vano, bajo esa caligrafía han firmado numerosos nombres de fama y fortuna en Bilbao. Con sólo decir que el gimnasio Zamacois, fundado por José María Rufo Zamacois, fue embrión del Athletic y del Club Deportivo, ya sería suficiente. Y sin embargo, el origen del apellido familiar se sitúa en Hasparren (Iparralde), donde el apellido se transcribía Samacoys en el siglo XVIII.

Entra en la escena de los recuerdos de hoy Eduardo Zamacois y Zabala, considerado el primer artista vasco de éxito internacional, anterior en el tiempo a José Echena e incluso al mismísimo Ignacio Zuloaga. No digo que fuese extraño si se considera que en su poblada familia -baste con constatar que tenía 20 hermanos...- había músicos, poetas e historiadores, entre otras ramas de las artes.

Fue la suya una vida breve e intensa, toda vez que nacido el 2 de julio de 1841 murió apenas 30 años después, en 1871. Recibió una educación que incluiría idiomas, música y artes plásticas, primero en Bilbao y pronto en Madrid, a donde se traslada la familia. Ingresó en la Real Academia de San Fernando en 1856.

En 1860 se trasladó a París, pensionado por el Señorío de Vizcaya, la actual Diputación Foral de Bizkaia. Instalado en el Hotel Garni del barrio de Montmartre, el primer deseo de Zamacois fue el de ser admitido en la Ècole des Beaux Arts. Al no lograrlo, sus esfuerzos se dirigieron al estudio de Ernest Meissonier, consiguiendo ser aceptado por el maestro.

En 1866 conoció a Mariano Fortuny, con el que trabó una gran amistad. En 1869 Fortuny retrató al aguafuerte a Zamacois apoyado en una mesa y en su obra maestra, La vicaría, expuesta actualmente en Barcelona, en el MNAC. Al año siguiente, 1870, obtuvo la Medalla de Oro del Salón Oficial de París por el cuadro La educación de un príncipe. El galardón extendió su fama de tal modo que en 1872 el escritor Charles Dickens compró el cuadro titulado El guarda campestre. La obra La visita inoportuna, del Museo de Bellas Artes de Bilbao, ofrece la representación de un taller de artista, en el que una modelo, desnuda, posa para un pintor cuando son interrumpidos por la visita de un sacerdote.

Mermado de salud y teniendo que soportar además los efectos de la guerra Franco-Prusiana (1870-1871), en 1871 dejó Francia y se asentó de nuevo en Madrid, donde murió pronto.

Protagonista: Eduardo Zamacois.

Gesta: Está considerado como el primer artista vasco de éxito internacional en las artes de la pintura y su fama le llevó a codearse con Charles Dickens. Provenía de una saga de artistas, el escritor Niceto, la soprano Elisa, el actor Ricardo, el escritor Miguel y tío del novelista también llamado Eduardo.