Nos habíamos acostumbrado a oír hablar de turismo en cifras millonarias y casi siempre referido mayoritariamente a viajes de sol y playa, de paquetes completos en escapadas con un ocio bastante restringido a estas dos actividades, pero la parada obligada de la pandemia, con sus limitaciones de movimiento, ha transmutado nuestra visión del ocio a parámetros muy diferentes, debido en especial a las restricciones para evitar contagios. Distancia entre personas, evitar lugares cerrados y aglomeraciones, unido a atractivas posibilidades de conocer el entorno, es la idea que parece haber resurgido con fuerza entre la población a la hora de buscar escapadas y hacer turismo en estos inicios postpandémicos. Todos los indicadores señalan el turismo de proximidad, interior y rural, como el más demandado por la población.

En este contexto, ofertas como la que lanza el Valle de Ocón, en La Rioja, vienen a incidir de plano en la respuesta que están buscando los ciudadanos de las urbes. Cualquier escapada a esta zona resulta cercana desde Euskal Herria (en ningún caso a más de hora y media en coche), no masificada, lo que permite una organización muy autónoma del viaje y además impulsa un ocio sostenible, con abundantes productos de kilómetro cero, tanto artesanales como gastronómicos, y muy en especial el enoturismo, con un magnífico vino propio (La Haya del Conde), aceite de Galilea, huevos de Ocón, patés ecológicos, miel de Santa Lucía, embutido tradicional, almendras, champiñones y setas.

Todo esto unido a su rico patrimonio histórico, cultural y arqueológico, que resalta una gran riqueza natural y paisajística, a sus gentes y tradiciones, permiten disfrutar al visitante de la naturaleza en plenitud de maravillosas vistas, de zonas recreativas y de muchos modos y formas de vida tradicionales. El resultado de esta urdimbre de atracción es hacer de una escapada al Valle de Ocón, una especie de Toscana en La Rioja, un viaje inolvidable.

A la hora de compaginar la necesidad de salir con la de viajar con seguridad sanitaria, conjugando el reto de la no masificación con el poder encontrar actividades atractivas y de interés, encontramos en la zona de El Redal un destino idóneo, porque en estos parajes la oferta que se hace desde alojamientos rurales como La Casa de la Condesa (www.casaruraldelacondesa.com) es un imán más que poderoso para practicar turismo rural a plena satisfacción.

el redal, puerta de entrada

El municipio de El Redal se configura como la puerta de entrada al Valle de Ocón. Situado en una llanura al noroeste de la villa de Ocón, es un pueblo eminentemente agrícola. Esta pequeña población, con 130 habitantes en la actualidad, está rodeada de caminos que hacen las delicias de los amantes del senderismo, rutas en bicicleta o paseos a caballo con los que disfrutar de la naturaleza, la flora y la fauna.

Entre los edificios históricos de El Redal destaca uno de finales del siglo XVI, la citada Casa de la Condesa, una acogedora casa rural. Situada junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Virtudes, iniciada en el siglo XVI, la casa es una de las más antiguas edificaciones de El Redal, si no la más. Al abrigo de sus anchos muros el descanso siempre es reconfortante.

Dispone de nueve habitaciones, cada una de ellas dedicada a un antepasado de la familia propietaria, María Solano y Fernando Trueba, con su propia historia y linaje. Como por ejemplo la de Rita Barrenechea, primera Condesa del Carpio, nacida en Portugalete y fallecida Madrid (1757-1795) .

Una vez en la Casa de La Condesa hay que buscar la biblioteca. En ella el visitante puede hallar toda la información necesaria para recorrer la zona, una pequeña representación de autores riojanos y obras literarias relacionadas con la región, una colección de revistas de arte, naturaleza e historia, y numerosos juegos de mesa.

molino y arte

Quien se acerque a El Redal puede realizar variadas excursiones, como visitar el molino de Ocón, el único conocido en La Rioja y uno de los parajes más famosos de la zona. También es interesante conocer los restos arqueológicos de la iglesia de Parpalinas. Descubierta en el yacimiento de Parpalinas, la villa romana que surgió hacia finales del siglo I d C o principios del siguiente, pertenece al conjunto de edificaciones de esta villa durante sus últimos tres siglos de vida.

A quince minutos en coche desde El Redal se sitúa el Museo Würth, que acoge arte contemporáneo en el polígono industrial El Sequero. En sus instalaciones se pueden contemplar piezas pertenecientes al fondo artístico propio de Würth España, así como los de la colección Würth de Alemania. Inaugurado en 2007 y polo de atracción para los amantes de las artes plásticas, su colección se centra en obras desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, y en ella están representados muchos artistas fundamentales de los siglos XX y XXI, como Pablo Picasso, Max Beckmann, Louise Bourgeois, Anish Kapoor, Henry Moore, Edvard Munch, Andy Warhol, Niki de Saint Phalle o Joan Miró, y cuenta, además, con destacadas secciones monográficas de Hans Arp, Eduardo Chillida, Georg Baselitz, Max Bill, Max Ernst, Christo and Jeanne-Claude o Anselm Kiefer.

Y para quienes adoran a los dinosaurios son visita obligada los yacimientos de icnitas de Enciso, ya que el pueblo tiene catalogadas 1.400 huellas de estos extintos reptiles. El punto de partida para visitar las huellas se sitúa a partir del Centro Paleontológico. En el trayecto de Enciso a Navalsaz se recorren siete yacimientos, algunos a cielo abierto y otros protegidos con vallas y cubierta. La visita es libre.

ruta del vino y avicultura

Hablar de La Rioja es casi sinónimo de hablar de vino. La Finca Vistahermosa es un paraje natural de 400 hectáreas, 161 de ellas de viñedo. En ella se muestra al público el trabajo que hay detrás de la consecución de una excelente materia para elaborar grandes vinos. Reservando con antelación ofrecen visitas guiadas a los viñedos de la propiedad en tractor, en pick up o en calesa de caballos, así como catas, visita a bodega, actividades en familia y comidas camperas entre viñas.

Es cierto que Rioja y vino van indisolublemente unidos, pero no es menos cierto que conservas y productos de huerta tienen en este valle una inmensa panoplia de oferta, desde aceite de oliva, a pimientos, espárragos y todo tipo de verduras.

Desde hace más de veinte años se elabora en el corazón del Valle de Ocón aceite de oliva virgen extra bajo la marca Galilea. El Trujal de Galilea, fundado en 1998, constituye un ejemplo de adaptación de un entorno milenario a la modernidad y a la sostenibilidad.

En esta misma línea se sitúa la Granja Huevocón. Situada en Los Molinos de Ocón, en la Reserva de la Biosfera, cuenta con un entorno tranquilo que hace posible un día a día muy relajante para sus gallinas felices, que junto con las ocas disfrutan de libre acceso a parques exteriores y se alimentan de una forma sana y equilibrada, dicen los propietarios.

La avicultura alternativa lo es por los diferentes modos de producción que usa y porque hace posible que el pequeño agricultor, con inversiones a su alcance, pueda manejar volúmenes reducidos y presentarse en el mercado con un alto grado de diferenciación y valor añadido.