La Unión Europea denunció ayer la falta de “legitimidad democrática” del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, y su apoyo a Rusia en la guerra en Ucrania, cuando se cumplen dos años de las elecciones fraudulentas del 9 de agosto de 2020 que abrieron una crisis política en Bielorrusia.

“En este día, reiteramos nuestro firme apoyo a sus aspiraciones democráticas y esfuerzos para defender el respeto de los derechos humanos fundamentales. Reiteramos que Alexander Lukashenko carece de toda legitimidad democrática”, recalcó el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en referencia a los comicios presidenciales de 2020, que marcaron el inicio de una crisis que no tiene visos de resolverse en el corto plazo.

Fraude electoral

Los Veintisiete denunciaron un fraude en dichas elecciones que le permitieron a Lukashenko acceder a un sexto mandato presidencial. Desde entonces, y con el respaldo de Moscú, el régimen bielorruso desató una espiral de represión en el país, con la persecución de los principales opositores políticos y el encarcelamiento de más de un millar de manifestantes y activistas.

“El régimen ha orquestado una brutal represión que se ha agravado continuamente. Los presos políticos, defensores de los derechos humanos, periodistas, sindicalistas, trabajadores de los medios de comunicación, abogados y ciudadanos comunes que expresan cualquier crítica al sistema, ahora suman más de 1200 y esta cifra crece día a día”, indicó Borrell en nombre de los Veintisiete países que conforman la UE.

Igualmente, la UE denunció que se trate como terroristas a muchos activistas prodemocráticos y que Minsk haya puesto en marcha campañas de desinformación e intimidación y les amenace con la pena de muerte: “Ninguno de los autores de actos de violencia contra la población civil ha rendido cuentas. Continuaremos apoyando los esfuerzos internacionales de rendición de cuentas para Bielorrusia, con miras a recopilar y preservar evidencia de violaciones de Derechos Humanos”

Asimismo, el jefe de la diplomacia europea aseguró que “no se olvidará a las víctimas del régimen de Lukashenko y sus crímenes pasados y presentes”.

En este tiempo, Bruselas y Minsk también han librado un pulso por la llegada de migrantes a suelo europeo, después de que el régimen bielorruso facilitara los viajes desde zonas de Oriente Próximo, en un intento de desestabilizar a países como Polonia o los bálticos.

En este contexto, la UE impuso cinco rondas de sanciones contra los responsables de la represión en el país y por la instrumentalización de los migrantes. En total, 195 individuos y 35 entidades fueron objeto de sanciones, entre ellos Lukashenko y su círculo familiar y político, en uno de los paquetes de medidas restrictivas más extensos que mantiene vigente el bloque europeo.

APOYO A LA INVASIÓN DE UCRANIA

A todo lo anterior se suma la complicidad de Minsk con la agresión rusa contra Ucrania desde febrero de 2022, llegando a dejar operar al Ejército ruso desde su propio territorio y convirtiéndose en actor clave para lanzar el ataque.

“El régimen de Lukashenko se convirtió en cómplice, en contra de la voluntad de la gran mayoría del pueblo bielorruso, al permitir que Rusia usara el territorio bielorruso para invadir Ucrania, como plataforma de lanzamiento de sus misiles y al otorgar a Moscú pleno apoyo político y logístico. El régimen ahora también persigue a los bielorrusos por oponerse a la guerra”, condenó Borrell.

La UE reitera que Minsk se adhiera a los principios democráticos y actúe de acuerdo a sus compromiso internacionales, cesando la colaboración con Moscú en la invasión de Ucrania. También insiste en la puesta en libertad “inmediata” de todos los presos políticos y el fin de la represión, además de pedir un diálogo que conduzca a elecciones libres y justas bajo la observación internacional.